Ha pasado casi un año, día arriba día abajo, pero, ¿quién lleva la cuenta? Tras tantos soles y tantas lunas sin ti he descubierto que ya no duele tanto. Tu recuerdo sigue dentro, no voy a engañarme, pero el tiempo ha sabido mitigar el dolor. 

Antes mi corazón lloraba al pensar en ti, aunque quisiera decir tu nombre en cada conversación. Me rompió que cortaras nuestra línea telefónica cuando las ganas y el amor nos hicieron tenerla abierta 24/7. Lloré cuando tus mensajes los recibía a cuenta gotas, como si de un veneno lento se tratase. Hasta que al final dejaron de llegar. 

Me vi gritándole a un sordo, con el corazón desnudo ante un ciego y arrancándole palabras a un mudo.

 

Entonces abandoné, me prometí cuidar de mí misma después de tragar todo mi orgullo. Pero cuando se trata de amor uno mismo deja de importar y por eso volví a buscarte una vez más. 

 

Esas verdades escritas con la tinta de mi corazón y la pluma de la esperanza tampoco sirvieron. Te había perdido para siempre. 

 

Ahora no duele tanto. Ya no te pienso en casa atardecer, cada canción, casa historia. Podríamos haber sido… pero nos perdimos. 

 

Ya no duele tu ausencia, ya no duele tu presencia, tu risa, tu silencio, tu ignorancia.

 

Ya no dueles, tanto. 

 

– La Coleccionista de Soles

Cádiz, España.