Yo no estaba siendo intensa, ellos no tenían responsabilidad afectiva.

 

Me divorcié, y desde entonces, hace unos cuantos años ya, he estado conociendo gente.

Lo primero de lo que me di cuenta fue de que las cosas habían cambiado bastante, es decir, las dinámicas, la forma de relacionarse, los ritmos, los planes que gustaba hacer en pareja… Fue un choque. Había pasado más de una década desde la última vez que había flirteado con alguien, y cuando un chico me invitó a su casa como primera cita y me ofreció dormir juntos, me quedé descolocada.

intensa

Yo de por sí siempre había sido (y lo sigo siendo, ¿para qué mentir?), lo que algunos llamarían muy ñoña, y otros, muy mona; mi concepto relacional de pareja era… pues eso, una pareja, dos personas que se conocen de manera íntima, que se vuelven amigos, se compenetran, se van apoyando por el camino… se quieren.

Se quieren.

¿Y cómo puede una querer algo que no conoce?

Pues eso. A mí no me estaban dando tiempo para conocerme ni para yo conocerles.

Parece que lo express se está extendiendo a todos los ámbitos: En vez de ir hasta la tienda, probarnos la ropa y hacer la fila para pagarla, la compramos por internet, a tan solo un click; en vez de planear una comida, ir a comprar los ingredientes, cocinarla… vamos a un sitio a comer y ya no por el placer de disfrutar del sitio en sí, sino porque lo queremos todo hecho, tanto, que a veces incluso lo pedimos para recoger; ya no salimos con alguien, le escuchamos, le miramos a los ojos, flipamos con lo que vamos descubriendo… ¿Para qué?, si para el sexo express también existen aplicaciones a través de las cuales pedir para traer a domicilio o para recoger.

¿Había algo malo conmigo? Porque es cierto que con algunos de ellos no hubo chispa, con otros la hubo solo de su lado, y con otros, solo del mío, pero también es cierto que cuando la hubo de parte de los dos, y además de la de verdad, ellos terminaban huyendo.

¿La razón? Intensa

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Yo me estaba poniendo “muy intensa” y ellos no querían “nada serio”.

Pero vamos a ver, ¿intensa porque además de tener sexo, me interese saber cómo te ha ido el día, o porque además de ir a verte a tu casa en la noche (o ya puestos, a la cama directamente), me apetezca qué sé yo, un plan de locos como ir al cine?, ¿intensa si después de casi un año saliendo juntos, te cuento un día que estoy triste?

 

Y yo pensando que sí, que quizás sí que había algo malo conmigo, que era intensa, con mi forma de relacionarme, que quizás las pelis de Disney sí que me habían hecho daño después de todo y mis expectativas estaban puestas demasiado alto y demasiado lejos.

 

Pero entonces comencé a verlo también en situaciones de mis amigas con sus ligues, y así, viéndolo desde afuera, fue como enfrentarme a un espejo: Es muy cómodo buscar a alguien sólo cuando a ti te apetece movida, y nunca estar disponible ya no te digo que para escucharle en medio de un problema, sino ni siquiera cuando es a ella a quien le apetece tener sexo. Dar una de cal y otra de arena, o exactamente lo que esa persona quiere sólo hasta que consigues lo que quieres tú, y luego mirarla como si se hubiese vuelto loca por compenetrarse contigo.

No, yo no estaba siendo intensa; ni mi amiga la que tras un año saliendo y durmiendo con un chico casi cada día, lo asumió su novio hasta que él se fue con otra chica y desapareció en plan “Pero si tú y yo nunca hemos tenido nada serio…”, ni mi amigo el que le envía a la chica con la que sale un mensajito de buenos días, preguntando cómo está, porque trata a los demás como le gusta que le traten a él.

Creo que al final, no se trata de si quieres o no tener una relación estable, un rollo de una noche, una relación abierta o lo que sea, sino de no manipular a las personas para acomodarlas a lo que te apetece vivir a ti, mientras te sirvan, de no fomentar ni prolongar una implicación sentimental por parte de otra persona hacia ti si tienes claro que no es eso lo que quieres, sólo porque te viene bien para un rato, pues somos personas, no nos tratemos como esa ropa que compramos online y que, además, sabemos que terminaremos devolviendo.

 

Lady Sparrow