Hoy vengo a hacer un poco de autocrítica. En Weloversize siempre hablamos de diseñadores que no quieren fabricar tallas plus size, de gente que juzga la salud de los demás en base a su peso, de los problemas que conlleva tener sobrepeso, y de cómo la sociedad en general hace sentir a las mujeres cuyo peso está por encima de lo que ellos consideran adecuado.

Sin embargo, muchas veces somos nosotras mismas quienes más nos juzgamos y nos criticamos, y quienes muchas veces somos más culpables del body shaming que los demás.

Si te ves identificada en alguna de estas situaciones, es que a ti también te pasa…

Te comparas con otras mujeres.

Hemos escuchando desde siempre que las comparaciones son odiosas, y es una verdad como un templo. Compararnos con otras mujeres siempre va a ser frustrante porque siempre encontraremos algo que nos guste más en ellas que en nosotras. Cada mujer es única y siempre deberíamos intentar pensar ‘Me gustaría tener las piernas más estilizadas’, no ‘Me gustaría tener las piernas de mi amiga Fulanita’.

Haces deporte sólo para adelgazar, no para disfrutar.

Cuando sales a correr o vas al gimnasio porque es lo que hay que hacer, no disfrutas del deporte, y todo lo relacionado con ello se empieza a convertir en una obligación e incluso en un castigo. Si llega el martes y tu pensamiento al salir de currar es ‘Joder, y ahora tengo que ir al gimnasio…’ en vez de ‘Me marcho ya que hoy toca clase de Body Combat!’ nunca conseguirás quitarte la sensación de que el deporte es una tortura y no algo de lo que disfrutar y que te hace sentirte bien contigo misma al acabar el día.

Evitas mirarte al espejo.

Quizá no te hayas dado cuenta, pero puede que esos días en los que no te ha quedado bien el pelo, o tienes un grano o se te notan más que nunca las ojeras, evites mirarte al espejo. A mi me pasa, el día que me veo guapa me miro en el espejo después de ir al baño, me giro cuando paso por algún escaparate… En cambio hay días en los que no me gusta lo que veo y, al final de la jornada laboral, me doy cuenta de que no me he mirado en el espejo ni una sola vez! Mirarnos, vernos, aceptarnos y querernos es importantísimo. No lo olvidemos la próxima vez que salgamos de casa y tengamos un espejo delante.

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No te gusta salir en fotos o en vídeo.

Igual que con los espejos, muchas veces las fotos reflejan todo eso de nosotras que no queremos ver: la tripa, las caderas, la papada… ¿Cuántas veces ese pensamiento ha impedido que salgamos en muchas fotos?, en la playa, en un cumpleaños, en una celebración… Y cuando aceptamos salir en las fotos somos siempre esa cabeza que sale por detrás, la que se pone en una lateral para que sólo se vea de perfil y destaque menos… Si no consigues hacerte las fotos y aceptar lo que ves, piénsalo de otra manera, ¿no te va a dar rabia en el futuro no tener fotos de determinadas épocas de tu vida?, porque yo me arrepiento mucho de salir siempre con cara de mala leche en mis fotos de pequeña porque odiaba que me fotografiaran…

Te prohíbes determinados tipos de comida.

En Loversize sabemos que tenemos que cuidarnos y seguir una alimentación sana es importantísimo, pero de vez en cuando podemos permitirnos algún capricho. Si te ofrecen algo que te gusta y que realmente te apetece y tienes que decir que no, que sea porque realmente no lo quieres, no porque sientas que no puedes hacerlo, no porque hoy no has ido al gym, o porque has comido mucho o porque no deberías hacerlo. Obviamente no te puedes hinchar a donuts cada día, pero si un día te apetece, ¿por qué no ibas a comértelo? Y no pienses que hoy tendrás que currártelo más en el gym para quemar esas calorías extras!

Te compras o conservas ropa de talla más pequeña para cuando te vuelva a caber.

Seguro que la mayoría de vosotras tenéis (o habéis tenido) unos ‘pantalones reto’, esos pantalones que te gustaban tanto hace años y que te quedaban genial, pero de los que ya no te puedes abrochar el botón. ¿Sabéis cuándo tiré yo mis ‘pantalones reto’?, cuando me di cuenta de que ya habían pasado de moda! No sólo me estaban pequeños, si no que, aunque hubiera perdido esos kilos de más, no me los hubiera vuelto a poner. También dejé de comprar ropa que me quedaba justa porque ‘Ya adelgazaré y me quedarán genial’. Piensa que la talla que tenías hace 10 años no tiene por qué ser tu talla ideal y empieza a comprarte ropa de tu talla actual. Y sobre todo recuerda que una talla no te define.

Apagas la luz durante el sexo y no te quitas la ropa.

¿Cuántas veces has oído eso de que, llegado el momento, a un chico le da igual si vas depilada o no?, pues con esa lorza de la tripa igual, o con la celulitis o con la papada. ¿Por qué pensamos que no vamos a gustar o que no nos merecemos que nos vean? Todas esas inseguridades se tienen que quedar en la puerta de la habitación, tu chico te quiere por lo que eres, ¡empieza a quererte tú igual!

Podéis ver el artículo original (en inglés) aquí.