- El 95 % de las dietas fracasa, es decir, tienes un 95 % de posibilidades de recuperar el peso o incluso aumentarlo después de la dieta.
- Cuando restringes, te desconectas de tus señales de hambre y saciedad, dejas de lado estas señales internas y te desconectas de un sistema valiosísimo de tu organismo.
- En el factor precipitador más frecuente para sufrir un Trastorno de la Conducta Alimentaria.
- Los pensamientos y la preocupación por tu físico aparecerán de manera exponencial a medida que pasan los días en estado restrictivo.
- La preocupación por la comida y pensamientos obsesivos irán apareciendo, es algo evolutivo, recuerda que no es fuerza de voluntad.
- Pronto o tarde empezarás a tener antojos y creerás que es culpa tuya, iniciando un proceso de culpa y exigencia que no te corresponde, esto no es normal y es tu cuerpo demandando comida.
- Realmente las dietas restan más salud que la que pensamos realmente.
- Tu tasa metabólica disminuye.
- Salir a comer es un acto social, cuando haces dieta los encuentros sociales se ven envueltos de emociones, pensamientos y acciones que se ven desprovistos de libertad.
- Iniciar una dieta es el primer paso para convertirte en dietante crónica.
- Las dietas causan dificultad para generar masa muscular y facilitan perderla.
- Tienes muchas posibilidades de entrar en Weight cycling, que es tener subidas y bajadas de peso que ocasionan graves daños a tu salud.
- Porque normalmente las dietas tienen muchas menos calorías que las que necesitas para vivir.
- Mayor pérdida de densidad mineral ósea.
- Las dietas impulsan comportamientos considerados de riesgo, como compensar comidas o sentir culpa al comer.
- Aprendes a catalogar la comida de buena y mala, otorgando moralidad a la comida y colocándote en una posición mejor/peor solo por decidir que comer.
- Otorgan una sensación de control que solo dura algún tiempo, es la luna de miel de las dietas, después empieza el tormento.
- Cuestan dinero, mucho dinero.
- Provocan cansancio y fatiga.
- Dejas de disfrutar de aquellas comidas que antes te gustaban.
- Un estado de dieta es un estado de estrés a nivel corporal, lo que tiene graves efectos a nivel de salud.
- Las normas, la rigidez y el control empezarán a dirigir tus conductas alimentarias, algo antinatural.
- Pueden causar hipoestrogenismo y también amenorrea hipotalámica.
- Aunque lo creas, no necesitas bajar de peso.
- Cuidarse o adquirir hábitos no tiene nada que ver con hacer dietas, por mucho que te lo hayan querido vender así.
- Tu autoconcepto y tu autoestima irá poco mermándose al creer que tu capacidad de realizar dieta tiene algo que ver con tu valía.
- Es fácil empezar a tener ciclos de restricción-atracón, tener atracones o padecer un trastorno por atracón.
- Empeoran tu calidad de sueño.
- La comparación constante es probable que llegue a tu vida, y seguramente salgas perdiendo.
- Tus intereses se irán restringiendo poco a poco a aquello que está relacionado con la alimentación, dejando de lado hobbies, personas o hábitos.
- Nos han dicho que hacer dieta es autocuidado, pero realmente hacer dieta te aleja de un autocuidado real.
- Si no existiese la gordofobia nadie querría hacer dieta.
- Porque hacer dieta es ingerir las calorías que necesita un niño pequeño.
- En palabras de Naomi Wolf: «la dieta es el sedante político más potente de la historia de las mujeres».
- Generan desconfianza corporal, una sensación de que tu cuerpo no funciona como debería, pero realmente es que tu cuerpo funciona, pero no con una dieta.
- Las dietas van de la mano del ejercicio, y empiezas a dejar de disfrutar del ejercicio.
- Rápidamente asomará el perfeccionismo, querer hacer mejor la dieta, buscar una dieta mejor.
- La rigidez mental y la dicotomía van apareciendo a medida que avanzas con la dieta.
- Sin darte cuenta empezarás a gastar dinero en “ayudantes” para conseguir adelgazar: suplementos, tratamientos, etc.
- Creerás que la salud está en tu mano, y es falso, el tamaño corporal no determina tu salud.
- Los cuerpos no son sostenibles en el rango de peso que queramos, solemos tener un peso que viene marcado biológicamente.
- Te roban energía física para poder realizar actividades placenteras, de autocuidado, hábitos de salud reales, etc.
- Te roban energía mental que podrías emplear en hobbies, proyectos, relaciones, etc.
- Las celebraciones empezarán a ser agridulces, ya que suele haber comida.
- La relación con el logro y el éxito se empieza a relacionar con esfuerzo y sufrimiento.
- Ocasionan una relación amor-odio con la comida, ya que la quieres y la necesitas, pero parece el medio para adelgazar.
- Tu cuerpo entiende que estás en peligro cuando estás a dieta.
- La relación con el cuerpo empieza a ser extraña, porque aunque adelgaces, no sientes satisfacción, o la sientes en momentos iniciales.
- Aunque te permitas comer lo que antes disfrutabas, después de iniciar una dieta aparece la culpa con esas comidas, por lo que dejas de disfrutarlas.
- El movimiento corporal se convierte en herramienta para modificar el cuerpo, el placer, el disfrute quedan en un segundo plano.
- Si hay personas vulnerables a tu alrededor, piensa que creerán que hacer dieta es algo positivo ¿querrías que una niña de 8 años crea que su cuerpo está mal?
- Después de varios intentos de dieta acabarás engordando respecto al peso inicial, es por supervivencia.
- Sin el mensaje que viene del salutismo muchas personas no tendrían argumentos para recomendarte una dieta.
- Porque normalmente no buscamos un cuerpo más delgado, lo que buscamos es lo que creemos que conseguiremos con él.
- Porque tu lívido disminuye.
- Porque empiezas a distorsionar tu cuerpo, cuando hay cambios rápidos el cerebro no lo entiende y ahí aparece mucha incomodidad.
- Porque sientes un refuerzo social que luego te hace sentir vacía, tu valía no está en tu cuerpo.
- Cuando estás a dieta empiezas a fijarte en lo que comen los demás, y además aparece mucho moralismo hacia ello.
- Porque la inseguridad corporal no se soluciona con una dieta ni modificando tu cuerpo.
- Porque quizás lo que necesitemos es justicia social, no cambiar tu cuerpo. Piénsalo.
- Si has llegado hasta aquí, es una señal, en realidad ya sabes que estar a dieta es una mierda.
- Cuando dejas las dietas y empiezas a ver el bien que esto proporciona no quieres hacer una dieta nunca más.
- Mereces disfrutar de la comida.
- Naciste con libertad alimentaria, volver a ella es lo natural.
- Tener hambre es una sensación terrible, y las dietas te llevan a ello, aceptamos pasarlo mal voluntariamente.
- ¿Cuántas dietas has hecho? No hay otra futura que sea mejor, ya lo eran todas las anteriores, por eso las hiciste, porque sabías que funcionarían.
- Porque es hora de sanar los traumas corporales que tus antepasados han sufrido.
- Porque cuando escuchas tu cuerpo de forma natural todo fluye y el resto de aspectos vitales cobran otro sentido.
- Porque tienes muchas probabilidades de tener atracones, ansiedad e incomodidad, y acabarás creyendo que es culpa tuya.
- Porque los ejemplos de éxito suelen estar sesgados, nadie enseña el después del después, y nadie enseña en redes sociales sus momentos de mierda.
- Porque llegar a cierto número, parar y estabilizarte ahí es utópico, siempre se busca algo más o es insostenible.
- Porque realmente nadie empieza una dieta para disfrutar, como una iniciativa personal y positiva.
- Porque cuidar tu cuerpo desde el rechazo hacia este es incongruente.
- Porque para mejorar la relación con tu cuerpo no es necesario cambiarlo, solo respetarlo.
- Porque las razones que tengas para perder peso seguramente puedan cambiarse por otras más amables.
- Porque si un sanitario te recomendó una dieta, existen posibilidades de que no tengas un diagnóstico y/tratamiento adecuado.
- Porque te restan vitalidad para vivir.
- Porque un cerebro en restricción no funciona en plena capacidad.
- Porque cuando tu cuerpo entiende que no hay suficiente energía empieza a reducir el funcionamiento de muchas funciones vitales.
- Porque el problema nunca será tu tamaño y/o forma corporal.
- La exigencia con tu cuerpo y la comida no la tendrías jamás con alguien que te importe.
- Porque vivir en estado de dieta no es algo natural para tu cuerpo.
- Porque aquello que quieres conseguir con un cuerpo distinto no merecerá nunca tanto la pena como para hacerle esto a tu cuerpo.
- Porque las dietas cambian tu forma de entender el mundo en el que vives.
- Las dietas te desconectan de tu realidad, si tienes dificultad para ello busca ayuda, pero no una dieta.
- Porque dan una falsa sensación de control que al final te atrapa y te condena.
- Las dietas pueden llegar a causarte necesidad de baja médica.
- La persona que te recomendó una dieta desde el amor o el cariño seguramente no sabe el efecto de las dietas.
- Porque la evidencia demuestra que a largo plazo engordan.
- Porque repiten el ciclo de muchas adicciones: gustan al principio, crees que puedes dejarlo en cualquier momento y vienen recaídas desde la idea de que vas a poder controlarlo.
- Porque las dietas van a modas, en los 90, los 2000, y así seguirá siendo.
- Porque cuando te liberas de ellas las personas de tu alrededor tienen un ejemplo de algo positivo.
- Las dietas provocan un gran sentimiento de insuficiencia.
- Te pierdes ocasiones de probar alimentos, de compartir momentos.
- Porque no existe la fase de mantenimiento y el efecto rebote, son fases para alargar el proceso y culpabilizarte por algo natural.
- Las dietas suelen ser contradictorias entre ellas, al final de hacer múltiples dietas y conocer muchas normas alimenticias no sabes qué comer.
- Porque la flexibilidad alimenticia es algo que te roban las dietas.
- Las dietas para pérdida de peso o grasa no son realmente personalizadas, aunque nos de esa sensación, es imposible controlar todas las variables.
- Porque da igual que sean 99 razones o 100 razones, son muchas y no te lo dicen.
- Porque mereces apreciarte, vivir en libertad, en paz con tu cuerpo y la comida.