1. El 95 % de las dietas fracasa, es decir, tienes un 95 % de posibilidades de recuperar el peso o incluso aumentarlo después de la dieta. 
  2. Cuando restringes, te desconectas de tus señales de hambre y saciedad, dejas de lado estas señales internas y te desconectas de un sistema valiosísimo de tu organismo.
  3. En el factor precipitador más frecuente para sufrir un Trastorno de la Conducta Alimentaria. 
  4. Los pensamientos y la preocupación por tu físico aparecerán de manera exponencial a medida que pasan los días en estado restrictivo. 
  5. La preocupación por la comida y pensamientos obsesivos irán apareciendo, es algo evolutivo, recuerda que no es fuerza de voluntad. 
  6. Pronto o tarde empezarás a tener antojos y creerás que es culpa tuya, iniciando un proceso de culpa y exigencia que no te corresponde, esto no es normal y es tu cuerpo demandando comida.
  7. Realmente las dietas restan más salud que la que pensamos realmente.
  8. Tu tasa metabólica disminuye. 
  9. Salir a comer es un acto social, cuando haces dieta los encuentros sociales se ven envueltos de emociones, pensamientos y acciones que se ven desprovistos de libertad. 
  10. Iniciar una dieta es el primer paso para convertirte en dietante crónica.
  11. Las dietas causan dificultad para generar masa muscular y facilitan perderla.
  12. Tienes muchas posibilidades de entrar en Weight cycling, que es tener subidas y bajadas de peso que ocasionan graves daños a tu salud. 
  13. Porque normalmente las dietas tienen muchas menos calorías que las que necesitas para vivir. 
  14. Mayor pérdida de densidad mineral ósea. 
  15. Las dietas impulsan comportamientos considerados de riesgo, como compensar comidas o sentir culpa al comer.
  16. Aprendes a catalogar la comida de buena y mala, otorgando moralidad a la comida y colocándote en una posición mejor/peor solo por decidir que comer. 
  17. Otorgan una sensación de control que solo dura algún tiempo, es la luna de miel de las dietas, después empieza el tormento. 
  18. Cuestan dinero, mucho dinero. 
  19. Provocan cansancio y fatiga. 
  20. Dejas de disfrutar de aquellas comidas que antes te gustaban. 
  21. Un estado de dieta es un estado de estrés a nivel corporal, lo que tiene graves efectos a nivel de salud. 
  22. Las normas, la rigidez y el control empezarán a dirigir tus conductas alimentarias, algo antinatural.
  23. Pueden causar hipoestrogenismo y también amenorrea hipotalámica. 
  24. Aunque lo creas, no necesitas bajar de peso.
  25. Cuidarse o adquirir hábitos no tiene nada que ver con hacer dietas, por mucho que te lo hayan querido vender así. 
  26. Tu autoconcepto y tu autoestima irá poco mermándose al creer que tu capacidad de realizar dieta tiene algo que ver con tu valía.
  27. Es fácil empezar a tener ciclos de restricción-atracón, tener atracones o padecer un trastorno por atracón.
  28. Empeoran tu calidad de sueño. 
  29. La comparación constante es probable que llegue a tu vida, y seguramente salgas perdiendo.
  30. Tus intereses se irán restringiendo poco a poco a aquello que está relacionado con la alimentación, dejando de lado hobbies, personas o hábitos.
  31. Nos han dicho que hacer dieta es autocuidado, pero realmente hacer dieta te aleja de un autocuidado real.
  32. Si no existiese la gordofobia nadie querría hacer dieta.
  33. Porque hacer dieta es ingerir las calorías que necesita un niño pequeño.
  34. En palabras de Naomi Wolf: «la dieta es el sedante político más potente de la historia de las mujeres».
  35. Generan desconfianza corporal, una sensación de que tu cuerpo no funciona como debería, pero realmente es que tu cuerpo funciona, pero no con una dieta.  
  36. Las dietas van de la mano del ejercicio, y empiezas a dejar de disfrutar del ejercicio. 
  37. Rápidamente asomará el perfeccionismo, querer hacer mejor la dieta, buscar una dieta mejor. 
  38. La rigidez mental y la dicotomía van apareciendo a medida que avanzas con la dieta. 
  39. Sin darte cuenta empezarás a gastar dinero en “ayudantes” para conseguir adelgazar: suplementos, tratamientos, etc. 
  40. Creerás que la salud está en tu mano, y es falso, el tamaño corporal no determina tu salud.
  41. Los cuerpos no son sostenibles en el rango de peso que queramos, solemos tener un peso que viene marcado biológicamente. 
  42. Te roban energía física para poder realizar actividades placenteras, de autocuidado, hábitos de salud reales, etc. 
  43. Te roban energía mental que podrías emplear en hobbies, proyectos, relaciones, etc.
  44. Las celebraciones empezarán a ser agridulces, ya que suele haber comida. 
  45. La relación con el logro y el éxito se empieza a relacionar con esfuerzo y sufrimiento.  
  46. Ocasionan una relación amor-odio con la comida, ya que la quieres y la necesitas, pero parece el medio para adelgazar. 
  47. Tu cuerpo entiende que estás en peligro cuando estás a dieta. 
  48. La relación con el cuerpo empieza a ser extraña, porque aunque adelgaces, no sientes satisfacción, o la sientes en momentos iniciales. 
  49. Aunque te permitas comer lo que antes disfrutabas, después de iniciar una dieta aparece la culpa con esas comidas, por lo que dejas de disfrutarlas. 
  50. El movimiento corporal se convierte en herramienta para modificar el cuerpo, el placer, el disfrute quedan en un segundo plano. 
  51. Si hay personas vulnerables a tu alrededor, piensa que creerán que hacer dieta es algo positivo ¿querrías que una niña de 8 años crea que su cuerpo está mal?
  52. Después de varios intentos de dieta acabarás engordando respecto al peso inicial, es por supervivencia.
  53. Sin el mensaje que viene del salutismo muchas personas no tendrían argumentos para recomendarte una dieta. 
  54. Porque normalmente no buscamos un cuerpo más delgado, lo que buscamos es lo que creemos que conseguiremos con él. 
  55. Porque tu lívido disminuye. 
  56. Porque empiezas a distorsionar tu cuerpo, cuando hay cambios rápidos el cerebro no lo entiende y ahí aparece mucha incomodidad. 
  57. Porque sientes un refuerzo social que luego te hace sentir vacía, tu valía no está en tu cuerpo. 
  58. Cuando estás a dieta empiezas a fijarte en lo que comen los demás, y además aparece mucho moralismo hacia ello. 
  59. Porque la inseguridad corporal no se soluciona con una dieta ni modificando tu cuerpo.
  60. Porque quizás lo que necesitemos es justicia social, no cambiar tu cuerpo. Piénsalo. 
  61. Si has llegado hasta aquí, es una señal, en realidad ya sabes que estar a dieta es una mierda. 
  62. Cuando dejas las dietas y empiezas a ver el bien que esto proporciona no quieres hacer una dieta nunca más. 
  63. Mereces disfrutar de la comida. 
  64. Naciste con libertad alimentaria, volver a ella es lo natural. 
  65. Tener hambre es una sensación terrible, y las dietas te llevan a ello, aceptamos pasarlo mal voluntariamente. 
  66. ¿Cuántas dietas has hecho? No hay otra futura que sea mejor, ya lo eran todas las anteriores, por eso las hiciste, porque sabías que funcionarían. 
  67. Porque es hora de sanar los traumas corporales que tus antepasados han sufrido. 
  68. Porque cuando escuchas tu cuerpo de forma natural todo fluye y el resto de aspectos vitales cobran otro sentido. 
  69. Porque tienes muchas probabilidades de tener atracones, ansiedad e incomodidad, y acabarás creyendo que es culpa tuya. 
  70. Porque los ejemplos de éxito suelen estar sesgados, nadie enseña el después del después, y nadie enseña en redes sociales sus momentos de mierda. 
  71. Porque llegar a cierto número, parar y estabilizarte ahí es utópico, siempre se busca algo más o es insostenible. 
  72. Porque realmente nadie empieza una dieta para disfrutar, como una iniciativa personal y positiva. 
  73. Porque cuidar tu cuerpo desde el rechazo hacia este es incongruente. 
  74. Porque para mejorar la relación con tu cuerpo no es necesario cambiarlo, solo respetarlo. 
  75. Porque las razones que tengas para perder peso seguramente puedan cambiarse por otras más amables. 
  76. Porque si un sanitario te recomendó una dieta, existen posibilidades de que no tengas un diagnóstico y/tratamiento adecuado. 
  77. Porque te restan vitalidad para vivir. 
  78. Porque un cerebro en restricción no funciona en plena capacidad. 
  79. Porque cuando tu cuerpo entiende que no hay suficiente energía empieza a reducir el funcionamiento de muchas funciones vitales. 
  80. Porque el problema nunca será tu tamaño y/o forma corporal. 
  81. La exigencia con tu cuerpo y la comida no la tendrías jamás con alguien que te importe.
  82. Porque vivir en estado de dieta no es algo natural para tu cuerpo. 
  83. Porque aquello que quieres conseguir con un cuerpo distinto no merecerá nunca tanto la pena como para hacerle esto a tu cuerpo. 
  84. Porque las dietas cambian tu forma de entender el mundo en el que vives. 
  85. Las dietas te desconectan de tu realidad, si tienes dificultad para ello busca ayuda, pero no una dieta. 
  86. Porque dan una falsa sensación de control que al final te atrapa y te condena. 
  87. Las dietas pueden llegar a causarte necesidad de baja médica. 
  88. La persona que te recomendó una dieta desde el amor o el cariño seguramente no sabe el efecto de las dietas. 
  89. Porque la evidencia demuestra que a largo plazo engordan. 
  90. Porque repiten el ciclo de muchas adicciones: gustan al principio, crees que puedes dejarlo en cualquier momento y vienen recaídas desde la idea de que vas a poder controlarlo. 
  91. Porque las dietas van a modas, en los 90, los 2000, y así seguirá siendo.
  92. Porque cuando te liberas de ellas las personas de tu alrededor tienen un ejemplo de algo positivo. 
  93. Las dietas provocan un gran sentimiento de insuficiencia. 
  94. Te pierdes ocasiones de probar alimentos, de compartir momentos. 
  95. Porque no existe la fase de mantenimiento y el efecto rebote, son fases para alargar el proceso y culpabilizarte por algo natural. 
  96. Las dietas suelen ser contradictorias entre ellas, al final de hacer múltiples dietas y conocer muchas normas alimenticias no sabes qué comer. 
  97. Porque la flexibilidad alimenticia es algo que te roban las dietas. 
  98. Las dietas para pérdida de peso o grasa no son realmente personalizadas, aunque nos de esa sensación, es imposible controlar todas las variables.
  99. Porque da igual que sean 99 razones o 100 razones, son muchas y no te lo dicen. 
  100. Porque mereces apreciarte, vivir en libertad, en paz con tu cuerpo y la comida. 

 

Laura Alberola Psicología