Visualiza esto: Tienes una cita, has quedado, vas con prisas y ya casi has terminado de acicalarse como una reina cuando ves que la máscara de pestañas ha decidido no colaborar, «¡qué  seca está, leñe!». Es ahí cuando te acuerdas de ese truquito que viste en internet, o ese consejo que una amiga te dio, o recuerdas a esa youtuber que hace años veías y que arregló una máscara reseca y la convirtió  en una nueva lista para un desaguisado…

Y no me refiero a que el producto en sí  se haya gastado de la noche al día, me refiero a que notas que no pigmenta igual, que la textura se ha apelmazado y ¡te va a dejar las pestañas como patas de araña…!

En este caso te aconsejo que dejes los remedios de la abuela a un lado porque es preferible pasar del rímel a que te busques un problemilla. Verás, los cosméticos están formulados por laboratorios con mucho estudio, desarrollo de producto y testado detrás, y cuando a eso le sumas que se trata de un producto destinado a usarse en los ojos, parte que además es ultra sensible… ¡apaga y vámonos!

Cosas que no debes hacer bajo ningún concepto con tu máscara de pestañas:

-Añadir aceite de almendras u oliva: los productos para ojos tienen un ph distinto a otros que se usan para otras zonas del cuerpo e incluso de la cara. Añadirle este ingrediente extra puede suponer un alimento básico para cualquier tipo de bacterias o microorganismos que pueden acabar dentro del ojo simplemente por el roce o la cercanía.

Añadir lágrimas para los ojos/lentillas: Aunque no resultaría como algo dañino en sí,  pues esas lágrimas están diseñadas para verter las en nuestros ojillos, la fórmula de la máscara de pestaña quedaría demasiado líquida y volvería a secarse innegablemente.

Agitar y remover el envase no hará que los grumos se vuelvan una pizca más líquidos. Nada cambiaría.

Meter y sacar el cepillo compulsivamente: No lo hagas nunca. Todas hemos pecado, lo sé, pero te advierto que solo estarías introduciendo aire dentro del bote consiguiendo así que la fórmula se espese todavía más y se seque más deprisa.

Añadir agua micelar o desmaquillante con base de aceite: más de lo mismo, lo único que conseguirás es disociar la fórmula de la máscara y harás un mejunje que no quedaría nada bonito una vez aplicado. Además, conseguirás que tu maquillaje se vaya cayendo con el paso de las horas. Osito panda de resultado.

No te arriesgues por ahorrarte unos eurillos, hay máscaras de pestañas y productos muy asequibles a la vez que resultones y poderosos en el mercado. No te renta buscarte una infección o una conjuntivitis por ello.

Créeme, te lo dice una que escarmentó de la experiencia.