Regla número uno de Tinder: Se viene llorado de casa. 

Y si lo que quieres es consuelo, te bajas al supermercado de la esquina a por kleenex y lo que sea que te  reconforte, léase desde helado hasta alcohol de la graduación que consideres. Ya si eso, cuando se te  haya pasado, te lo instalas. Hazle ese favor a tu persona, y a todas a las que vas a hacer sentir mal. 

Me sorprende ver la cantidad de personas que en su BIO ponen exactamente lo mismo, con las mismitas  palabras. ¿Se ha convertido Tinder en una aplicación de soporte emocional a desconocidos? Y otra duda,  ¿en qué momento exactamente? Porque la llama del fuego del amorsito, no deja lugar a dudas. Aunque   teniendo en cuenta el tsunami que ha supuesto la pandemia para muchas relaciones, por no decir  prácticamente todas las que me rodean y entre las que me incluyo, y el precio de cada sesión psicológica  online o presencial, la verdad que tampoco debería chocarme. Aunque no termino de comprender qué  sentido tiene, que una persona a la que no conoces absolutamente de nada, y que probablemente lo  único que quiera contigo sea sexo, o el mismo consuelo que tú, sea de utilidad para superar los  demonios que ha dejado tu ruptura. Quiero decir, chico, que sabrás tú mejor que yo por qué fracasó tu  relación. 

Yo, de verdad que lo siento, pero no vine a este mundo para dorarle la píldora a nadie, de modo que  propongo que, al igual que ahora Tinder tiene “salas” para que la gente con determinados intereses  coincida, se creen salas de autoayuda donde fulanito y fulanita se encuentren en el espacio virtual, y se  consuelen el uno al otro, sin interferir de alguna manera, en los objetivos de los demás. O una aplicación  nueva, Cryingder , por ejemplo. Es que lo dejé hace poco con mi novia y bueno, no me encuentro muy  bien… ¿Y qué hace usted aquí caballero, haciendo match? ¡Váyase usted al Cryingder y vuelva cuando ya  no tenga dramas de exs!  

Pues no, no deben de entender bien el concepto de un clavo saca otro clavo, porque como diría Mila  Ximenez noparanoparanoparanopara. Dios salve a la opción de deshacer match. A menos que sea  demasiado tarde, y ya hayáis llegado a un punto posterior y de repente, te dé el cambiazo. Ahí estás  jodida, y lo estás, pero bien. Y si el día de mañana, eso va a algún lado, ya te digo yo que a la ex la vas a  tener una tirria que ni te cuento, porque tienes una parte de tu cerebro frita por aquella relación, ajena  a ti. Pero tranquila que, si no llega más allá de un par de conversaciones, te exculpo desde ya, diciéndote  que la culpa no es tuya, por si acaso te quedaba alguna duda. Que un hombre despechado o malherido  puede ser realmente egoísta y desgraciadamente, sin ser muy conscientes de ello. ¿O acaso no le hemos  frito nosotras la oreja a conocidos e incluso a desconocidas en los baños de las discotecas? Pero no en  aplicaciones de ligar, por favorcito. Que nadie se merece ser el pañuelo de nadie, ni un premio de  consolación, ni un mal clavo quitando otro.  

Así que hagamos un favor a las solteras en busca de y, ni lloremos por las esquinas del Tinder, habiendo  amigos que siempre te recogerán y packs de 12 paquetes de kleenex en los supermercados, ni  colaboremos jugando a ser de falsos Dr. Amor. Porque quién dijo terapia de diversión sexual en tiempos  de pandemia, no dijo terapia para rupturas amorosas. ¿Notáis que en la segunda la diversión no casa?  Pues ya está todo dicho.

Paula May