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Los casados infieles no me interesaban por principios. No me planteaba yo hacerle eso a otra mujer. Pero… Amiga. Una es débil y si no era yo era otra. Sí, un poco zorra salí… pero es que esta fiebre está siendo muy jodida de controlar.
Y vale que esta norma mía autoimpuesta me la he saltado a la torera, pero otras las llevo a rajatabla, como por ejemplo, apenas hablo de cosas personales o cosas que puedan “generar sentimientos”. Es que me la pela la música que nos gusta, o si somos compatibles, o si tu serie favorita es la mía. Yo no hablo de eso porque no busco un compañero. Hablo de nimiedades y busco el juego, el tonteo y el morbo.
Y en estas se me cruza un casado que lo pone en su perfil y dije… venga, ese ombligo me ha causado curiosidad de a ver qué cuenta de por qué está aquí. Sin maldad. Pero caí como una loca. Agente de la Ley, que lleva los mismos años que tú en pareja, que le pasa un poco como a ti pero que no tiene permiso… Ay. En la primera foto mi clítoris se despegó varios centímetros de mi cuerpo, explotó y se recolocó en mi entrepierna. A tomar por culo mi norma de los casados. Sería oficialmente mi primer revolcón extramatrimonial.
Y por si fuera poco lo bueno que está, tiene unos ojos que te mueres, y es tan correcto, tan pícaro y a la vez poco cerdo… que surge un morbazo entre los dos tremendo. Nos pasamos días y semanas hablando y fantaseando juntos, mandándonos fotos en el trabajo, por la tarde, a escondidas… Su paquete hinchado por mí en su uniforme. Y además le gusta mi cuerpo curvy, me trata como una diosa del sexo y todo fluye porque hay mucho respeto en todo momento. Loca me tiene, y supuestamente loca lo tengo. Y conseguimos quedar ya que con sus horarios y casado, no es tarea fácil.
Se va a duchar y me viene con la toalla a la cadera. Me muero. Cosa más sexy… me tiembla todo… Nos besamos, los dos nerviosos y tensos, no es el que mejor besa, pero… qué más da. Le regalo la mamada de su vida. Y lo digo porque sé que soy buena y sé que hacía mucho que no tenía. Alucino del tiempo que hacía que no disfrutaba hacer algo así tanto. Tan intenso. Escucharlo estremecerse…
Y follamos, y el que parecía un empotrador, bueno, no lo era tanto… y por lo que sea aunque hacía día y medio que se me acabara la regla, mi cuerpo decide sangrar un poquillo más… y este se empieza a rallar… se limpia y para todo el rato hasta que le digo “por favor para ya, olvídate, empótrame fuerte hasta que te corras”. Y me empotra y me corro, y grito porque lo deseaba mucho y yo siempre grito a lo bestia. Tenemos un ratillo juntos en cama sin demasiado rollo personal pero a la vez hablar de nada y estar simplemente con alguna caricia. Nos duchamos por separado y nos vamos. Me besa varias veces en el coche.
Hablamos, me dice que me olvide de lo del sangrado, que todo bien, que fue increíble… y días sin hablarme apenas. Ando un poco rallado me dice. Le digo si es por ser infiel, que yo entiendo todo que si necesita o quiere que dejemos de hablar o lo que sea me diga. No me dice. Le digo que hay confianza, que me diga en qué punto está, qué pasa. Me dice que la mamada fue increíble y me bloquea y adiós muy buenas. Mi primer ghosting.
Que me quiten lo bailado pero no me lo esperaba. No pensé nunca que esos ojazos me fueran a dar carpeta sin decir un adiós, un “ando rallado y prefiero dejar esto”. Perfecto. ¿Qué les pasa a los tíos? No tengo ni idea, yo que todo lo puedo entender y por supuesto respetar… pues nada. Yo que pensé que tenía amante para rato con mi agente de la ley… He tenido que volver a activar el Tinder.
