Acabé en urgencias después de darme rayos uva.
Todas hemos oído alguna vez que antes de ir a la playa es recomendable darnos unas sesiones de rayos uva, especialmente si eres la blanquita de tu grupo, ¿verdad?
Después de tanto llenarme el cerebro con esa frase pensé que sería lo mejor para mi piel y bajo mi total desconocimiento me dirigí al solárium con ganas de comprarme ni más ni menos que un bono de 10 sesiones. No me pareció caro, lo tenía al lado del trabajo y dedicarle 10 minutos a la sesión no me pareció mala idea si con ello tendría el moreno caribeño para estas vacaciones.
Son muchos los motivos por los que decidí probar, además me hablaron de ello como algo más normalizado que ir a la peluquería. Ya en el centro de belleza no me explicaron cuántas sesiones ni cuántos minutos sería lo recomendable para mi piel, así que como una más pasé al cubículo radiactivo para tumbarme y empezar con mi sesión. Pero esto fue lo que pasó.
La primera sesión fue bien, pero me sentía la piel algo irritada. Después de unos días con mi segunda sesión la zona de las piernas y la espalda fue agravando la irritación. En la tercera sesión el picor era insoportable, aparecieron rojeces y me dolía al vestirme. Piel arrugada, sensible, irritada y roja… Ya os podéis imaginar.
“¿No serán esto quemaduras?” me lamentaba con mi novio. Pasadas unas horas no me encontraba bien, estaba temblando y me estaba subiendo la fiebre… “Vamos a urgencias’’ me dijo mi chico.
Efectivamente, en urgencias me dijeron que eran quemaduras y al igual que con el sol, acumular radiación puede dañar irremediablemente tu piel. Las zonas afectadas fueron las que estaban en contacto con la base estando tumbada es decir espalda, pompis y la parte trasera de las piernas. Por suerte no eran quemaduras graves y no aparecieron ampollas, pero después de informarme podría haber sido causado por un tratamiento fármaco que tomé hace relativamente poco y podría ser fotosensible (y nadie me explicó).
Con esto quiero decir que os informéis bien si vuestro fototipo es apto para este tipo de cabinas del infierno, preguntar en el centro sobre los riesgos y las contraindicaciones (aunque deberían tener mucho más control y cuidado ellos mismos) y si os merece la pena coger un poco de color a cambio de sufrimiento, sudor y lágrimas.
Amigas, tener especial cuidado con los rayos uva y que no le pase a nadie más.
Anónimo
