El otro día hicimos la siguiente pregunta en el Instagram de WeLoversize:

¿Cuál ha sido la situación de acoso o gordofobia más asquerosa a la que te has enfrentado?

Y de todas las respuestas que recibimos hemos recopilado unas cuantas. Porque seguimos teniendo que enfrentarnos a estas situaciones constantemente y es nuestra obligación visibilizar este problema. A ver si alguno de los que ha provocado este sufrimiento llega a leer esto algún día y recapacita.

  • Lo mío fue hace un par de años, estábamos en el autobús volviendo a casa. Había pasado una noche increíble, mis amigas y yo estábamos riéndonos y recordando la noche más maravillosa que habíamos pasado cuando de golpe se escuchó de fondo: ‘¿Quién es la gorda esa?’. No hicimos caso y seguimos hablando así que volvió a repetirlo: ‘Sí, tú la gorda que está sentada’. Les pedí a mis amigas que no entrasen al trapo, que eran unos niñatos, pero no dejaron de cantar ‘la gorda, la gorda’ hasta que llegamos a nuestra parada. Yo hice como si no me importase hasta que llegué a mi casa y rompí a llorar. Nunca entenderé por qué necesitan pagar sus propias frustraciones contra una persona- Anónimo.

 

  • Una vez de camino a urgencias porque no podía apenas respirar por una crisis de asma, un señor casi me atropella en un paso de peatones. En lugar de disculpase empezó a gritarme ¡GORDA, GORDA!. No tenía fuerzas para enfrentarle y menos en esa situación. Me sentí tan miserable y rabiosa a la vez… – @minete333

 

  • Iba paseando por mi pueblo con el que entonces era mi pareja. Dos chicas pasaron en coche despacio a nuestro lado mientras me gritaban ballena y gorda y me tiraron hasta piedras. Me puse a llorar y lo peor es que mi pareja me dijo que en el fondo tenían razón – Anónimo.

 

  • Un día volvía a casa y en los pub que hay al lado de mi portal, una chica me empieza a gritar en repetidas ocasiones que a su amigo le encanta mi culazo. Le digo que estupendo que me alegro por su amigo, a lo que ella se puso a gritarme gorda de malas maneras. Basta ya de que por nuestro físico la gente se crea con derecho a decirnos nada sin tan siquiera conocernos.

 

  • Hace un par de meses iba al Mercadona con mi novio. Íbamos tranquilos y riéndonos. Él es delgado y yo muy gordita, pero nos amamos. La cuestión es que de repente un coche lleno de niñatos bajó la ventanilla y empezó a gritar: ‘¡Pedazo de gorda, deberías morirte!. En ese momento agaché la cabeza y se me saltaron las lágrimas mientras mi novio les decía que bajasen del coche si tenían cojones. Consiguieron hacerme sentir como una gran mierda a pesar del apoyo de mi pareja – @reglaromerovelazquez

 

  • No se me olvidará el día que fui de cena con unas amigas. Pasábamos por una calle poco transitada cuando un grupo de chicos salieron de un coche y empezaron a gritar ‘eh vamos a follarnos a esas chicas’, y uno dice ‘me pido a la gorda. Eh gorda ven que te voy a follar’. Seguimos caminando mientras se les oía llamarme gorda sin parar. La verdad es que me jodieron la noche aunque intenté disimular – Anónimo.

 

  • Tenía que entregar un faz e iba acompañada por una amiga que se ofreció a acompañarme. Cuando íbamos por la calle veo que un señor de unos 70 años viene directo hacia a mi y me suelta: ‘¡Madre mía, pero cómo estás tan gorda!’. Creo que ha sido la vez que más humillada me he sentido porque fue en medio de la calle y delante de otra chica. Nos limitamos a no decir nada y a hacer como si no hubiera pasado, pero yo me moría de ganas de llorar. Algo que hice nada más llegar a casa- Anónimo.

 

  • Una vez me gritaron ‘¡Con menos culo también se caga!’. Ahora me río cuando lo cuento pero en ese momento que tendría  16 o 17 años me hizo muchísimo daño – Anónimo.

 

  • Una tarde noche iba andando con mi maleta hacia mi piso de estudiantes. Un coche se acercó, dos chicos iban delante y una chica detrás. Me preguntaron por una dirección y no pude ayudarles. Seguí caminando y cuando llegué a un paso de peatones me tiraron una botella de agua encima gritándome cosas que no pude ni escuchar bien porque me quedé en shock. Llegué a casa empapada y llorando de la impotencia – Anónimo.

 

  • Voy a contar algo que me pasó hace ya años, cuando pesaba 55kg y usaba la talla 3. Era verano, las 3,30 de la madrugada más o menos. Acababa de salir de una discota e iba vestida con un short vaquero. Corrí un tramo de la calle para no perder el búho y un grupo de chicos me empezó a gritar que debería darme vergüenza correr con esas piernas gordas, flácidas y celulíticas. Corrí más deprisa y me gritaron más fuerte: ¡PIERNAS DE ELEFANTE!. Me metí en el bus y lloré en silencio. No he vuelto a ponerme un short nunca más – Anónimo.

 

 

Puedes enviarnos tus historias, experiencias y pensamientos a [email protected]