Así me enteré de que mi hijo sufría parálisis del sueño

 

Soy una de esas pocas madres que nunca estuvo falta de descanso nocturno.

Tengo dos hijos y los dos me salieron muy dormilones, desde recién nacidos. Por el día no paran quietos, todo hay que decirlo. Pero es verdad que les llega su hora y los tengo que poner a cargar y no se despiertan hasta que están al 100 % de batería. No me dicen ni esta boca es mía durante diez o doce horas, según si hay cole o están de vacaciones.

Sin embargo, hace unos meses, el pequeño —que tiene cinco años—, empezó a hacer cosas raras.

De vez en cuando, se despertaba de madrugada o incluso al poco rato de irse a la cama.

Nos llamaba a gritos, super asustado el pobrecillo.

Cuando le preguntábamos qué le pasaba, no sabía explicarlo. Nos decía que no podía respirar, que alguien le estaba ahogando.

El niño estaba bien, quiero decir, desencajado del susto, pero bien. Respiraba perfectamente, no tenía fiebre, en su habitación no había nadie…

Los dos o tres primeros episodios me convencí de que eran terrores nocturnos.

Luego me documenté un poco y, de haberlo hecho antes de formarme esta opinión, habría sabido que no lo eran. No obstante, yo me quedé tranquila.

Hasta que una noche se despertó de nuevo chillando y, cuando trataba de consolarlo, me pidió que no le dejara solo… porque, cuando se dormía, venía el fantasma invisible, se le tiraba encima y lo intentaba matar quitándole la respiración.

 

Así me enteré de que mi hijo sufría parálisis del sueño

 

Claro, te dice eso y a ver quién es la guapa que lo abandona a su suerte.

Me fui cuando se durmió y él no volvió a despertar esa noche. Pero la que no pudo volver a dormirse fui yo. Menuda rayada.

Dejé pasar unos días para que se le olvidara un poco el susto y volví a hablar con el peque de sus pesadillas.

Aunque estaba más tranquilo, me contó más o menos la misma versión. La del fantasma invisible que le atacaba mientras dormía, le apretaba el pecho y no le dejaba respirar.

La culpa es mía porque tengo tendencia al alarmismo y la paranoia, no obstante, a esas alturas yo ya quería consultar la movida con la pediatra, una psicóloga infantil, Iker Jiménez o con quien hiciera falta.

Así me enteré de que mi hijo sufría parálisis del sueño
Foto de Ketut Subiyanto en Pexels

Entonces, seguramente debido al estrés o al propio cansancio por tener que levantarme por las noches, cuando estaba cero acostumbrada… el fantasma me visitó a mí.

Hacía años que no me ocurría, pero durante la adolescencia y, a posteriori, en momentos en que me encontraba más nerviosa de lo habitual, me sucedía lo mismo que me contaba el peque. Lo que pasa es que la interpretación infantil de los hechos me había hecho ignorar los datos relevantes.

Total, que así me enteré de que mi hijo sufría parálisis del sueño, sufriéndola yo.

Y mira que hay que reconocer que el chiquillo no lo estaba explicando nada mal. Yo también experimentaba esa sensación de presión en el tórax y de no poder respirar.

Pero mi cerebro arcaico de madre gallina se debió de quedar con que mi hijo veía fantasmas y ya no procesaba más.

 

Así me enteré de que mi hijo sufría parálisis del sueño

 

Yo la he sufrido tanto que ya tengo incluso mis trucos para despertarme y volver a conectar mi cuerpo con mi mente.

Y, una vez desvelado el misterio del fantasma invisible, pude explicarle a mi hijo qué era lo que le pasaba e incluso adaptar los truquillos para enseñarle a gestionarla.

Sigue teniendo episodios de cuando en cuando, pero ya sabe lo que es, no los vive con miedo y se los gestiona él solito sin más.

 

Elena

 

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