Solo puedo decir que se me pusieron los ojos en blanco nada más probarlo. Sí amigas, hoy vengo a hablaros del Açaí. El Açaí, que se pronuncia assaí, es el fruto de una palmera brasileña, que constituye la dieta principal de varios grupos indígenas del Amazonas. Estos utilizan el Açai para el tratamiento de enfermedades de la piel y para curar males digestivos.
Si nos ponemos en plan nutricionista experta, esta fruta contiene grandes cantidades de fibra,buena pa’ cagar; proteína orgánica vegetal, tiene más proteína que un huevo; vitaminas A C y B, que dan energía y fortalecen el sistema inmunológico; más antioxidantes que todas las copas a las que equivalen una buena botellica de vino, y por último, contiene ácidos grasos Omega 3, 6 y 9, los buenos, los que salen en el anuncio de la leche esta que es más cara porque va de sana.
Me diréis, pues una cosa tan sana no está buena ni de coña, y eso pensaba yo hasta que la probé. Aunque bueno igual a alguna no le gusta, pero os digo yo que el Açai es la fruta que emocionó a Spielberg.
Se puede pillar por internet, y te viene en polvo para que lo mezcles con tus smoothies, zumos, frutas, cereales, yogures o simplemente en leche o agua. Para que os hagáis una idea, el paquete de Açai de 70 gramos cuesta aproximadamente unos 15 o 16 euros.
Yo no lo he pedido nunca por internet, pero un día paseando por Madrid encontré un Açai Bar, desde entonces me he vuelto adicta, y si investigas hay muchos por toda la ciudad. En estos, por 7 u 8 euros puedes crear tu propio bowl de Açai.
El Açai viene de tres maneras o mezclado con yogur, mezclado con crema de plátano y fresa o mango y fresas, en el Açai Bar al que fui yo, luego puedes encontrar más variedad. Se eligen qué frutas ponerle, si quieres granola o granola de chocolate y el topping, miel, canela, mantequilla de cacahuete, chips de coco…
Me cuesta mucho creer que algo tan sano esté tan rico, que hay gustos y gusto, pero de normal a mí algo sano me sabe a caca. Incluso el resultado final del bowl de Açai da para unas fotos de escándalo, unos colores, un #healthy lo subes al Instagram y casi influencer. Y así iba yo por la vida creyéndome fitness, pero claro que si luego te pides un glovo, y tu en casa, por casualidad te topas con un bote de Nutella, lo mezclas, pones unas onzas de chocolate, porque he de decir que la granola de chocolate, de granola mucho, pero de chocolate… poco, por eso le puse más… claro claro.
Puede que al final, si le doy mi toque no me quede tan sano como al resto de influencers… Pero más rico te digo yo a ti que sí va a estar.