Si me condenasen a pena de muerte y en mi última cena me hiciesen elegir qué llevarme a la boca, lo tendría muy claro: bibimbap.
A lo mejor no habéis escuchado este nombre nunca, pero no pasa nada, yo vengo a iluminaros. Se trata de una receta de origen coreano y es nada más y nada menos que arroz con cosas, pero cosas deliciosas. No es un popurrí, sino una mezcla con coherencia y mucho sabor.
En realidad, hay muchas maneras de hacer el bibimbap, aunque hay algunos ingredientes “obligatorios”: el arroz (obviamente), la ternera (que podéis sustituir por tofu si sois veganas o por otra carne si la ternera no os mola) y el huevo. El resto es a gusto del consumidor.
Desde que hice por primera vez este delicioso plato, he intentado ceñirme a la receta más clásica y hoy vengo a compartirla con vosotras.
Ingredientes
Con estos ingredientes tendréis para 2 raciones.
- Una taza y media de arroz basmati
- Una zanahoria grande
- Un calabacín
- Una cebolla pequeña
- Un par de dientes de ajo
- Un paquete de setas shitake (en mi opinión las más ricas son las que venden en los supermercados Gadis, pero esto es a gustos)
- Una taza de brotes de soja
- Una taza de espinacas
- 200 gramos de ternera
- Caldo de verduras (la cantidad puede variar)
- El aceite que más os guste (de oliva, de sésamo, de cacahuete…)
- Un chorrito de vino para cocinar
- Salsa de soja
- Sal y pimienta al gusto
Paso a paso
Primero cocinamos el arroz. Yo suelo poner un poquito de aceite en la cazuela con el ajo bien picadito. Cuando se dora, echo el arroz y lo meneo para que no se queme. De esta forma el grano se abre. Después le echo caldo de verduras justo hasta que cubre el arroz. Cuando el caldo de verduras se consume, echo un poco más. Y voy repitiendo este proceso hasta que el arroz está en el punto que a mí me gusta.
Colocamos el arroz en los cuencos, y vamos a por las verduras.
Aunque el sabor no va a cambiar, en la receta tradicional el calabacín y la zanahoria se cortan en juliana (en tiras muy finas, como pequeños espaguetis). Cuando la verdura esté troceada la salteamos con un poquito de aceite lentamente.
Una vez están cocinadas las verduras las colocamos en los cuencos. ¡Tocan las setas, los brotes de soja y las espinacas!
A mí me gusta cocinar las setas con un poquito de aceite y caldo de verdura (sin pasarme, lo justo para que queden jugosas). Aprovecho este punto y meto las espinacas con un poquito de caldo de verdura, para que se mezclen todos los sabores bien. Cuando las setas y las espinacas ya están hechas, pongo los brotes de soja y le echo un buen chorro de salsa de soja. Después lo coloco en el cuenco.
Es el turno de la ternera y la cebolla.
Pico la cebolla muy fina y la pocho lentamente para que se caramelice. Después añado la ternera picada en tiras y un buen chorrito de vino para cocinar. Dejo que se haga la carne y lo retiro, colocándolo en el cuenco con el resto de ingredientes.
Y, por último, el toque final: el huevo frito.
Esto no tiene mucho misterio, basta con freír un huevo y colocarlo en el centro del plato. Después llega el mejor momento: catar la comida.
Truquitos adicionales
Esta receta es larga y un poco coñazo, pero merece la pena, os lo prometo. Mi truco para no morirme de la pereza es hacer grandes cantidades y aprovechar para comer varios días.
Otro pequeño truco es tener todo cortado y preparado antes de empezar a cocinar, porque si perdéis tiempo cortando las verduras, las setas y la carne, al final el arroz que hicisteis al principio se queda más frío que Elsa la de Frozen.
Y por último os aconsejo innovar y añadir o quitar lo que queráis. Cocinar es un arte, y vosotros tenéis el poder en vuestra cocina.