No hay mejor ritual de belleza que tener intensos orgasmos. Y por eso este invento ha llegado pisando fuerte para quedarse. Os hablo del KIT BURASHI, ¿Qué es eso? Pues ni más ni menos que un pincel japonés con bala vibradora y antifaz. La verdad es que su formato me parece lo más de lo más porque es, tal cual, como una brocha de maquillar. Por lo que, si en algún momento se nos olvida en el baño (que no va a ser el caso porque siempre querremos llevarlo con nosotras), podemos estar tranquilas porque por su aspecto nadie diría que es para darnos un gustillo al cuerpo (guiño-guiño).

Burashi en japonés significa ‘cepillo’. Esto mucha pinta de cepillo no tiene, pero bueno, lo que importa es su finalidad y es que, pasear esta brocha de suaves pelitos por el cuerpo de tu pareja es una técnica que requiere paciencia, pulso, concentración y dedicación. Pero es un viaje muy, muy placentero que da unos resultados… muy gustosos. Es genial porque gracias a sus 7 modos de vibración podrás alternarlos y jugar por todo su (o vuestro) cuerpo.

Burashi

Así para ir un poco por orden os contaré que, cuando me llegó flipé ya con su packaging (yo es que soy mu’ moderna, pero vamos, con su envoltorio, embalaje, cajita…). El formato en el que viene es PRE-CIO-SO. Una elegante cajita que se abre estilo cajón y en color clarito. Pero lo mejor es lo de dentro. Al abrirla vi la brocha y pensé… “Dios mío, ¡¡qué cosa más precioooosaa!!”. Pero eso no era todo amigas, seguí abriendo y encontré un antifaz de encaje con unos brillitos haciendo forma de corazón y eso ya me remató. ¡Menudo morbazo! Por muy típico que parezca, nunca he probado lo de taparme los ojos en los juegos de cama, pero esto sin duda… hay que probarlo. También incluye su cargador.

Para ir haciéndome su amiga empecé a manejarlo un poco para tantear su potencia, modos de vibración y demás. Solo os diré que no he visto nunca nada tan pequeño con semejante potencia solo con activar EL PRIMER modo de vibración. Ni os imagináis cómo es el segundo, el tercero… a partir del cuarto modo ya empieza a alternar la potencia. En lugar de ser una vibración constante (brrrrrrr…), comienza a ser algo como: brrr brrr brrr. Ya me entendéis, cada modo de vibración tiene su particularidad.

Pero ya os digo que solo con la primera velocidad, la apoyé justo encima del monte de venus POR ENCIMA DE LOS PANTALONES y si ya sentí unas cosquillas super placenteras, cuando la probé ya como es debido… fue cuestión de… ¿segundos? Nenas, ni el satisfyer… os lo digo. Por cierto, algo que quizá os encante es que puede llegar hasta los 42º para que eso se ponga más calentito aún si cabe…

Burashi

Para jugar en pareja me parece un juguete super versátil. Os cuento… esta maravilla es desmontable. Puedes empezar pidiéndole a tu pareja que te ate el antifaz (no nos olvidemos de este complemento porque es un puntazo) y comenzad a jugar con la brocha entera. El tacto suave de sus pelitos es genial para que tanto tu pareja de cama como tú disfrutéis pasándola por zonas erógenas y placenteras como pueden ser los párpados, las orejas, el cuello, el pecho, los pezones, la tripa… en fin, es que es tan suave y gustosa ya de por sí, que, con su vibración, los pelitos hacen que todo se intensifique mucho más.

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Sin embargo, cuando ya la cosa se vaya poniendo seria y estéis a punto de ir al tema, podéis quitar la parte superior de la brocha para que sus pelitos no se manchen ni se mojen (aunque es completamente sumergible, personalmente creo que es una pena ir desgastando el juguete mojando el burashi) y empezar a disfrutar por completo de su bala vibradora. Súper apta tanto para hombres como para mujeres.

¿Cómo la podemos usar con un hombre?  

A ver, aunque esto parezca de primero de sexo, nunca está mal recordar que las balas vibradoras están indicadas para estimular. Normalmente se usan por fuera. Es decir, para estimular el clítoris, la entrada de la vagina… pero si son muy pequeñas (las balas), cuidado con introducirlas hasta adentro del todo… Dicho esto, recordar que los hombres tienen su famoso ‘Punto G’ en el interior del recto, a unos 5 cm del ano y en la pared que da hacia el frente, hacia la vejiga.

Para rozar esta zona primero debe haber un consenso entre ambos. Que todo sea consentido y no sea incómodo para ninguno. La puntita de la bala es muy pequeña por lo que solo con la vibración si se roza el ano puede llegar a ser muy estimulante. Pero si eso no le emociona, hay algo que sí le va a encantar… y es que mientras estáis practicando sexo oral le roces con la bala vibradora por el glande (una zona con muchísima sensibilidad y donde se produce mucho placer) o por los testículos (los huevitos, nena). Va a flipar.

Ellos también pueden llevar el mando y jugar con nosotras. Hay posturas en las que ellos tienen un muy buen ángulo para poder estimularnos a la vez que nos penetran (porque ya sabemos que, la mayoría de nosotras necesita la estimulación del clítoris para llegar al clímax). Por ejemplo, nosotras sentadas de espalda a ellos. De esta forma ellos nos pueden agarrar de las caderas y sus brazos le dan lo suficiente como para con la bala, rozarnos el clítoris.

Otra postura puede ser el llamado molinillo de viento. En esta postura ambos se colocan uno frente al otro un poco inclinados mientras que ella entrelaza sus piernas alrededor de él. De esta forma él está en contacto directo y cercano a nuestro clítoris y estimularlo con la bala será muy sencillo y placentero, ya que en esta postura puede colocar la bala de forma que vibre para ambos.

Burashi

En fin, Loversizers, creo que Burashi se ha convertido en mi nuevo mejor amigo, al ser tan pequeño y discreto me parece genial para llevarla en el bolso y jugar fuera de casa. Igual el ruido es un poco delatador, pero… una aventura es una aventura. De camino al trabajo en el coche es LO MÁS. Chica, hay que entrar a trabajar relajada porque si no, se acumulan tensiones…

 

 

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