Querido eterno crush:
Ya sé que esto de que te escriba es muy raro, pero hay muchas cosas que nunca te llegaré a decir y si no salen por algún lado, me van a reventar por dentro.
La cosa es que no sé cómo lo haces, pero sigues en mi cabeza. Después de todos estos años, cada vez que los dos estamos solteros no paro de pensar que quizás esta vez sí. Quizás ahora, años después de nuestro primer (y único) beso, vaya a pasar algo entre nosotros.
Y es que me sigues gustando como el primer día. Cuando te miro sigo siendo una cría de quince años delante de Justin Bieber. Te veo doblar la esquina y me empiezan a temblar las piernas hasta que te despides de mí en la puerta de mi casa. Quedo contigo para tomarme unas cañas y tardo dos horas en pensar qué me voy a poner, cómo te voy a saludar, qué te voy a decir…Eres como un ascensor en un edificio de 20 pisos y yo soy una niña pequeña: tengo que tocarte todos los botones.
No sé por qué tienes ese control sobre mí. Joder, soy una mujer hecha y derecha, con amor propio y un par de huevazos. Sé lo que quiero. Soy consciente de que en el MUY hipotético caso de que lo nuestro pasara, no saldría bien ni de coña. No me puedes dar lo que necesito. Sin embargo, me escribes un mensaje y tiro mis principios por la ventana, aunque sólo quieras saber si sigo ahí. Y ahí estoy.
Sólo nos besamos una vez, pero sigue rondando en mi cabeza. No fue para nada el set-up de una película romántica (no hay nada romántico entre nosotros). Quizá del principio de una porno mal iluminada, en una discoteca aleatoria mientras sonaba reggaetón guarro de fondo. No fue perfecto, pero a día de hoy sigo preguntándome si de vez en cuando piensas en ello todavía. Si sigues soñando con el polvo que me dijiste que me debías, porque yo sí.
¿No te das cuenta de la química que hay entre nosotros? Cada vez que nos juntamos es como si el mundo entero se parase. Cada vez que nos rozamos, siento un escalofrío que me recorre de los dedos a las pestañas. Tenemos electricidad. Y no es amor verdadero. No sueño con pasar mi vida contigo, no lloro por las esquinas por no tenerte. Pero joder, podría estar tan bien.
Tú y yo. Sin ataduras. Aunque solo fuera una noche.
