Lunes de un julio especialmente caluroso. Podría ser esta semana. Parece que el mundo está parado. Las calles arden, no de gente, pero sí en grados. Salgo de un entierro.

Quédate, te prometo que el mensaje es optimista.

Pienso en esa persona que se ha ido, en la vejez y, sin poder evitarlo, ese ego que siempre me acompaña me obliga a pensar en mí, en mi vejez y en cómo quiero que sea.

 

Me juro que será distinta a la típica que han vivido nuestras abuelas.

 

Y es por eso que decido regalarme  una cápsula del tiempo para poder abrir en forma de lectura dentro de unos años y recordarme quién era y qué quería ser:

¡Hola, YO del Futuro! Te escribo porque te quiero, porque me quiero. Me da miedo que los años te/me hayan hecho olvidar. Así que, por favor, recuerda:

  • Sigue aprendiendo. Ya sea un curso de pintura en el casal de mayores o aprender a conducir una nave espacial. Me da igual, pero no pierdas las ganas de aprender.

 

  • Sé curiosa. Trabaja en esa inquietud innata en los niños de descubrir el mundo que hay a su alrededor.

 

 

  • Se generosa. Enseña lo que sabes. No dejes que la avaricia te impida compartir los conocimientos que has adquirido.

 

  • Sigue activa. No te digo que vayas a hacer Kitesurf en Tarifa, pero sal a pasear una vez al día.

 

  • Déjate sorprender. No pierdas la ilusión por vivir experiencias nuevas.

 

  • No juzgues a la juventud por cómo viven su vida. Es su momento. Apóyales y animales a mejorar el mundo como quisiste hacer tu.

 

  • Viaja, aunque sea al pueblo de al lado, pero no pares: el movimiento es vida.

 

  • Vive en el presente. No pienses que tu vida fue, tu vida es.

 

  • Di SÍ a la Innovación. No sé cómo será el futuro, ni cómo viviremos. Si hago caso a las películas de Hollywood, comeremos con pastillas y vestiremos trajes supersónicos. Pero tú adáptate. No te quedes fuera de los adelantos que experimente el mundo.

  • Siempre que puedas, rodéate de gente joven. Ellos viven el presente, sé joven, vive el presente con ellos.

 

  • Emborráchate un poco. No digo que vivas pegada a una botella, pero, sal a tomar algo con amigas y pilla el puntillo.

 

  • Escucha música nueva. Sigue alimentando tú alma.

 

Los auto-regalos son siempre una buena idea. Tu punto de vista actual cambiará y puede ser un ejercicio interesante para tu yo futuro saber qué pensabas. Te animo a que te escribas.

Al final, ¿qué mejor plan puedes tener hoy que dedicarte unos minutos a ti?