Si no sabes lo que es el Síndrome de la Impostora, te lo explicamos aquí

Si cuando comienzas a conocer a alguien de manera sentimental, en ocasiones surgen las inseguridades y puedes llegar a  pensar que otras personas sin mejores que nosotras, tienes el Síndrome de la Impostora y puede hacer que abandones una relación.

Es un problema creado por falta de autoestima y confianza y es mucho más común de lo que piensas. El miedo a hacerlo mal por alguna razón es algo que está presente en la vida de muchas personas y nos hace sentir que no somos válidos en muchos aspectos de la vida, incluso a las relaciones de pareja.

El Síndrome de la Impostora puede llegar a hacer que dejemos una relación porque pensemos que la persona no ve nuestros defectos. Sentirse como un impostor es estar con el miedo en el cuerpo, pese a mostrar aparentemente seguridad. Es un miedo a “ser descubierto” cuando se cree no estar a la altura de la situación y la mayoría de personas que lo sufren son las más brillantes.

Este síndrome afecta en las relaciones porque podemos pensar que le gustamos a alguien porque no nos conoce y no sabe nuestros defectos. Y por ello pensamos que nos abandonarán cuando nos conozcan más en profundidad. Este miedo al abandono cuando descubran “la realidad” nos atemoriza y puede crear que dejemos la relación “por si nos descubren”.

A causa de este fenómeno, muchas personas llegan  sabotear su relación aún antes de comenzar, por lo que huyen por el miedo a fracasar mostrando sus defectos. Podemos llegar a pensar que no somos merecedores de ese amor, o que no nos pueden querer con esos defectos.

Y la gran pregunta, ¿Cómo se vence este síndrome? Pues bien, es un síndrome que se vence con ayuda psicológica. El primer paso es mostrarnos tal y como somos en todo momento, para así no tener que “fingir” que no tenemos defectos. En los últimos años se ha avanzado mucho en materia emocional, pero durante muchos años, una ruptura se consideraba como un fracaso insuperable, pero no es así.

El primer paso para superarlo es aceptar que todos tenemos imperfecciones, y eso precisamente es lo que nos hace humanos. No por ello eres menos maravillosa o válida. El amor acepta las imperfecciones y no tiene exigencias. Así que acéptate y quiérete, para dejar que te quieran como te mereces.