Últimamente oigo aquí y allá hablar de la ansiedad como algo novedoso, rollo lo nunca visto que te pilla sin ser tú nada de eso. 

De repente alguien dice: “Uy, me noto como que tengo ansiedad, esto de estar todo el día en casa teletrabajando…”. 

O: “Uf, el otro día me pasó no sé qué (puede ser chorrada máxima o algo importante, por lo visto con la ansiedad eso da igual) y me dio ansiedad, sí, sí, debía ser eso, lo noté”. 

O la típica de “Tía, ¿no te pasa? Yo es que es tener un escalofrío y pensar que ya tengo fiebre y me coge ansiedad”. 

Es decir: que la gente es en plan “Siendo yo esa persona tranquila de repente, oye, sentí algo que no había sentido nunca. Aquel día de mi vida tuve ansiedad, cómo te quedas”. 

Y yo pienso: pero cariño, si eso que a ti te dio un día es como me siento yo de normal, qué me estás contando. 

Es más, recuerdo un día que estaba en la playa (de cuando en vacaciones se viajaba y tal) que estoy tumbada, con los ojicos cerrados y como que me viene una cosa rara, rara, rara, pero en plan que me sobresalté y todo. Y en eso que caigo: ¡que me había relajado, tú! Y he de reconocer ante vosotras, hermanas, que me gustó. 

Así que así estamos. Que lo normal es encontrarse relajada y el telele del que se quejan esporádicamente algunas personas vendría a ser más o menos mi línea base. Es más, que resulta que la gente vive habitualmente tranquila (flipo) y un día, como a quien le duele la cabeza o tiene un retortijón, ese día, digo, tienen ansiedad. 

Y ya está. Se les pasa y a seguir como la seda. 

Pues me vas a perdonar, pero a mí eso no me pasa. De hecho a mí me pasa lo contrario. Desde aquí lo digo: yo, a veces, no tengo ansiedad. 

Que no es que le desee yo a ninguna vivir en mi cuerpo, que yo no soy de esas que tú te imaginas que va por la vida dando voces: “¡Habría que verte a ti dar a luuuuzz!”, “¡Ya me gustaría a mí verte con la reglaaaaa!”. No. Yo he crecido en un hogar lleno de amor (ninguna paz, pero mucho amor) y si la vida me ha traído esto pues a otras les habrá traído otra cosa. 

Y el caso es que claro, con este carácter que tengo el 2020, cómo decirte, en fin, como que un año de mierda no, lo siguiente. Y 2021, pues una fantasía, qué te voy a contar. Yo entiendo que los virus pues son de Dios también, pero a mí en este momento de mi vida qué quieres que te diga, una pandemia tipo covid-19 me viene mal para lo mío. Aunque solo sea por la angustia que me da estar dándole al coronavirus los mejores años de mi vida, por mucho que me esté ahorrando en copas y discotecas. 

Lo bueno es que hace unos días tuve mi primera sesión de terapia (¿qué pasa, tú no vas a terapia?) y estoy empezando a ver la luz del túnel. Vale que solo llevamos una sesión y es por videollamada, pero no me imaginaba que pudiera ser tan cómodo: yo con una pinta del infierno metida en mi pijama de forro polar, moñete en lo alto, y mi psicóloga, que es un ser de luz, diciéndome que de convertirme en el Dalai Lama me vaya olvidando (que venimos de donde venimos) pero que puedo vivir mucho mejor que como estoy viviendo y que una cosa es tener ansiedad y otra sufrir. Y que el sufrir se va a acabar. 

En el punto en el que estoy lo que me salió decirle, me salió del alma: Me vale.  

La ansiedad es una reacción normal del cuerpo y lo importante es aprender a regularla y convivir con ella. Si te has identificado con esta historia los psicólogos de ifeel (plataforma de terapia online) recomiendan:

 

  1. Aprende a identificar las situaciones que te provocan ansiedad y los métodos que empleas para manejarla, por si hay algo que debas modificar en tus rutinas. 

 

  1. La ansiedad puede manifestarse de muchas maneras pero normalmente tiene que ver con un patrón de activación fisiológica excesivo. No llames ansiedad a cualquier tipo de “malestar” que padezcas.

 

  1. Cuidar tu pauta de sueño y alimentación, poner tu atención en una cosa cada vez y no abusar de ciertas sustancias, por ejemplo el alcohol, son factores que ayudan con la ansiedad.

 

  1. Infórmate bien sobre diferentes tipos de ansiedad: ataques de pánico, ansiedad generalizada y fobias, entre otros. Tienen cosas en común pero también diferencias. Tener un poco de ansiedad, incluso ansiedad elevada, no implica necesariamente que tengas un ataque.

 

  1. Ante la ansiedad es conveniente que respires profundamente y practiques cierta actividad física, de manera adecuada a tus gustos y capacidades. 

 

Si necesitas hacer una consulta más personal, te recordamos que puedes empezar tu terapia online con ifeel con un descuento de 25€ con el código WELOVERSIZE.

 

 

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