¿Cuándo perdí la fe en los hombres? Creo que me sería muy complicado identificar un momento concreto pero sin duda, puedo contarte como conseguí darme una oportunidad y confiar en los hombres. Bueno, tampoco nos vamos a flipar, conseguí confiar en uno o dos.

No sé si dejé de confiar en los hombres cuando me enteré de que mi primer novio se había pasado los 4 años de relación tirándose a todo lo que se movía. Quizás fue en alguna de las ocasiones que un hombre casado o prometido pretendió enamorarme o venderme una bonita historia de Disney. No sé, después de conocer a varios hombres desde una perspectiva más libre y sin prospección de compromiso, me empecé a dar cuenta de cómo funcionan sus mentes o más bien sus pollas.

¡Ojo! No tengo ningún problema con las relaciones abiertas o con las folladas improvisadas. Me he pasado 3 años sin querer comprometerme con nadie de ninguna manera y créeme cuando te digo que he follado siempre que he querido. Lo que no apoyo ni subscribo son la falta de sinceridad y los engaños.

Después de varias experiencias sentimentales un poco rocambolescas, de estos 3 años de golfería deseada y disfrutada, me atrevería a decir que hay mucho capullo suelo y mucha zorra desalmada. La verdad es que a veces, dan ganas de bajarse de la vida.

Pero es importante no dejar que todo esto condicione nuestro futuro. Me explico: seamos conscientes de que hay personas que tienen como hobby engañar a otras, pero no perdamos la fe en el amor. Lo último que nos merecemos es convertirnos en mujeres despechadas y dolidas que son incapaces de darse una oportunidad para disfrutar de una historia bonita.

Yo misma me he negado la oportunidad de comenzar historias con personas que no me molesté en conocer. ¿Por qué? Porque simplemente daba por hecho que no iban a ser sinceras conmigo. No confiaba en los hombres y si te paras a pensar en todo lo que eso supone, es bastante triste.

Llegó un momento en el que decidí dejar de renunciar a personas sólo por desconfianza y miedo. Conocí a una persona que parecía estar dispuesta a esperar que yo hiciera esa evolución y le diera una oportunidad.

Me costó algo más de un año, no te voy a mentir. Y a día de hoy aún me veo en situaciones de las que saco las peores conclusiones posibles cuando no debería hacerlo. Creo que he conseguido evolucionar y mejorar mucho respecto a la confianza que soy capaz de depositar en los hombres aunque soy consciente de que aún me queda mucho que barrer.

¿Cómo lo he hecho? Creo que lo podría resumir de la siguiente manera:

1. Dejé de ver mis experiencias pasadas como una carga

No puedo estar toda mi vida sintiéndome una víctima.

Yo también he hecho daño a otras personas y lo que aprendes de todo esto, es que cada persona está en su camino o en su proceso de aprendizaje o des aprendizaje. Cada cual pasa por momentos distintos y muchas veces, acabas siendo un daño colateral de una venganza, un duelo o simplemente, un trampolín para una persona con un autoestima hecho pedazos.

No me lo puedo tomar de manera personal. Cada una de las veces que me han engañado o mentido, me ha servido para aprender a detectar y poder evitar a los capullos que nutren su ego de conquistas, asique por lo menos, he sacado algo en positivo.

2. Recuperé la confianza en mí misma

Antes de confiar en los hombres, debes recuperar la confianza en ti misma y creo que esta es una de las cosas más complicadas.

Cuando te engañan, te faltan al respecto o sientes que se burlan de ti, no puedes evitar sentirte como una mierda. La persona en la que has depositado confianza te está traicionando y lo quieras o no, tu autoestima se te cae hasta los tobillos.

No puedes pararte a pensar en que eso te pasa porque no mereces respeto. ¿Hay algo malo en ti? ¡No! Tú fuiste sincera y le abriste tu mundo, tú te has comportado bien. No hay nada que pudieras haber hecho para evitar lo que pasó. Hubiera pasado igual si hubieras pesado 15 kgs menos, si hubieras sido rubia o si hubieras tenido la carita de Salma Hayek.

Es muy complicado entender y realmente interiorizar todo esto, pero es vital. Obsérvate, cuídate, quiérete y busca la manera de construir tu autoestima de nuevo.

3. Identifiqué los patrones y elegí a las personas en las que merece la pena confiar

Muchas veces nos vemos deslumbrados por personas carismáticas y con talento. Pero es importante saber leer más allá del brillo de una persona.

Si cuando estás conociendo a una persona no dejas de ver y sentir señales de alerta, corre bien lejos. Sabes perfectamente a qué señales de alerta me refiero. Muchas veces ponemos las alertas en mute y nos dejamos llevar porque la persona que tenemos a nuestro lado, nos tiene robado el corazón y las bragas.

Elige bien y con cuidado a qué personas dejas entrar en tu mundo y a qué personas les das tu confianza. Quizás en algunos casos no te resulten tan divertidos o interesantes como ese actor rubio totalmente inaccesible que te cuenta que quizás sea poli amoroso.

Tienes que empezar a priorizar tu bienestar, cuidar tu entorno y dejar de creer que tú serás quien cambie a ese golfo que tanto te pone.

4. Aprendí a no tener el control de la situación y acepté la incertidumbre

Es mucho más complicado de lo que parece pero es algo fundamental para volver a confiar en los hombres.
Cuando has pasado por varios engaños, cualquier comentario o actividad que se salga de la rutina se convertirá en una señal de alarma más gorda que la luz de un faro.

Es normal que estés en alerta y que prestes mucha atención a incluso los detalles más pequeños, pero tienes que aprender a no tener el control de lo que pasa en la vida de la persona que tienes a tu lado.

Hay un grado de incertidumbre con el que vamos a tener que convivir. Cualquier persona puede engañarte, pero deberás confiar en tu capacidad para elegir a las personas que dejas entrar en tu vida.

Si estás con una persona que te ha demostrado de mil maneras que te quiere, se preocupa por ti y está cargando con todo lo que llevas encima, qué menos que darle un voto de confianza. ¿No crees?

5. Intento ser objetiva

Muy relacionado con el punto anterior.

Las alarmas a veces se encienden por cualquier tontería y entonces nos toca parar en seco y analizar la situación. No podemos desconfiar de TODO lo que nos dicen, no es justo para la otra persona ni para ti.

Sé que es muy difícil, porque hasta un “Esta tarde voy a comprarme un pantalón vaquero” puedes desembocar en pensamientos del estilo “No va a ir a comprar un vaquero, va a quedar con otra” “Seguro que luego no me enseña lo que se ha comprado porque no va a comprar nada” “Pondrá el móvil en avión para que la otra no vea que le escribo” y mil mierdas más.

Bueno, tenemos que parar el carro. Has visto que el vaquero que siempre usa está viejo, es sano y bueno que se dedique una tarde para comprarse ropa o simplemente para estar a su rollo, te tiene presente todos los días y te hace sentir muy querida. Seamos objetivas, no se merece que desconfíes de él así y tampoco te mereces pasar por toda esa ansiedad hasta por las cosas más pequeñas.

Relativicemos y seamos objetivas.

6. Aprendí a comunicarme

Cuando la ansia viva, la inseguridad y la incertidumbre se apodera de nosotras podemos llegar a hacer comentarios muy poco justos. Es importante que encuentres la manera y el método de comunicarte con él en esos momentos.

Cuando sufres de ansiedad y piensas que está en una cama con 5 mujeres cuando en realidad está haciendo unos macarrones para cenar, no puedes llamarle enfadada y preguntarle que hace con voz imperativa.

Lo más difícil para mí fue entender que esa certeza que tenía en la cabeza de lo que podría estar haciendo, no era tan certera y que esa ansiedad estaba provocada por el miedo, la inseguridad y mis experiencias pasadas.

Para comunicarme, lo que mejor me funciona a mí, es escribir mi preocupación de ese momento en un bloc de notas, lo edito varias veces hasta que el mensaje o mi preocupación no sea invasivo. Entonces, por norma IMPERATIVA, espero 2 horas antes de enviarlo y ¿sabes qué? En la mayoría de los casos no lo acabo enviando porque me doy cuenta de que todo está en mi cabeza.

7. Intento dejarme llevar y me permito ser feliz

Qué fácil suena y que complicado es. Esto es algo que aún trabajo a diario.

Siempre pienso lo siguiente: Yo ya no puedo hacer más. Le he observado y aún así le he elegido. Él me ha elegido a mí y aún sabiendo toda la carga que llevo encima, está ahí cuando le necesito. Me demuestra que me quiere, se preocupa por mí de la misma manera que yo le quiero y me preocupo por él. Soy sincera con él, le he abierto mi mundo y le ofrezco cariño de verdad. Lo que tenemos es real para mí y yo lo hago lo mejor que sé.

Si algo sale mal, será algo que yo no voy a poder evitar, así que lo único que me merezco a día de hoy es disfrutar del presente y de lo que tenemos.

¿Cómo confiar en los hombres? Bueno creo que con mis trucos quizás puedas mejorar algo.

Pero sobre todo te diría que: por más que intentes controlar, pensar, observar o adivinar, nada va a cambiar el curso de lo que tiene que suceder, ya sea bueno o malo. No puedes pasarte semanas intranquila cuando tienes a tu lado a una persona que te quiere y te aporta tantas cosas buenas.

¿No crees que te mereces algo mejor?

M.Arbinaga