CONFESÉ QUE NO QUIERO TENER HIJOS Y ESTO FUE LO QUE PASÓ

Por el título podréis decir que tampoco es ninguna catástrofe confesar que no quieres tener hijos, si fuese hombre te diría que tienes razón, pero viviendo en esta sociedad donde las mujeres tenemos casi el deber moral de tener descendencia y garantizar la población en este mundo, puede que la cosa cambie.

Desde que somos pequeñas nos educan con la idea de que el último fin de nuestra miserable existencia es casarnos (a poder ser con alguien heterosexual) y tener hijos, porque tenemos sobre nuestros hombros o mejor dicho en nuestros úteros el peso de garantizar la especia humana, como si eso fuese beneficioso para el mundo. Esta idea se refuerza cuando te baja la regla por primera vez, porque en ese momento empieza la cuenta atrás de tu edad fértil y no puedes desaprovechar ese don que la naturaleza te ha dado.

Durante la adolescencia está claro que este es el menor de tus problemas, porque tienes cosas más importantes en las que preocuparte como en qué ponerte en la fiesta que va a hacer tu amiga y a la que va a ir el chico que te gusta o cómo superar el hecho de que vuestros signos del zodíaco no sean compatibles.

Pero el verdadero drama que todas hemos vivido, empieza en nuestra edad adulta, cuando ya tienes cierta estabilidad económica y con algo de suerte también emocional y el hecho de tener o no hijos ya empieza a rondarte por la cabeza de manera más seria. Algunas de tus conocidas ya empiezan a ampliar la familia y parece que tu famoso reloj biológico está en marcha, como si alguien lo hubiese configurado previamente. Empiezas a meditar sobre el tema, pero en la balanza de la vida el lado de no tener hijos pesa bastante más que el del sí y comienzas a comentarlo con tu entorno. Tus amigas lo entienden y en cierto modo se alegran que de alguien del grupo no vaya a pasarse los próximos años hablando de pañales y de estrías en las tetas.

Tu vida discurre sin problemas respecto a esto pero llega el momento de contárselo a tus padres y familia y es entonces cuando recuerdas que eres hija única (hasta este momento juro que no le veía el problema a esto). Tu madre en un principio piensa que es una etapa y que te da miedo el hecho de tener a un ser humano dependiendo de ti toda tu vida. Pero la cosa se pone seria cuando pasan los meses y ve que tu opinión de no darle nietos se va reforzando. 

Y es entonces cuando ves el dolor en sus ojos y tienes que tener esa primera charla con tus padres como adultos y decirles que no tener hijos es una opción igual de válida que no tenerlos aunque eso les duela y hayan depositado en ti todas las esperanzas de tener esa familia feliz que salen en las películas de media tarde. Vas a tener que dejarles unos días de reposo porque esta idea no les hará mucha gracia y van a intentar mantener un pulso contigo con la esperanza de que aún cambies de opinión.

Decidáis lo que decidáis va a estar bien, pero creo que hace falta recordar que tener hijos es para toda la vida, porque sí, ese nuevo ser humano va a necesitar tu ayuda aunque tenga 50 años. Y si decides no tenerlos vas a vivir tu libertad de otra manera completamente diferente. Solo tienes que tener claro que vas a tener que superar muchas ideas preconcebidas sobre la maternidad y tendrás que tener la fortaleza de romper esa responsabilidad que nos ha dado la sociedad por el simple hecho de tener útero. Pero ánimo querida, a cosas peores te has enfrentado.

 

Lara Cuéllar