Porque te crees que las cosas han cambiado mucho y que la vida de nuestras abuelas no tenía nada que ver con la nuestra pero, ¡JA!

Hay un montón de cosas que seguimos haciendo exactamente igual (o parecido).

 

Irte a la playa con el Sopa de letras

Quejarte de los palabros que usa la gente joven y que tú no entiendes.

Usar el tarro azul de crema de Nivea.

Tomarte un vermusito para ver si te sube la tensión

Reconócelo, tú también le hablas a las plantas como hacía ella.

Llevar hasta los dientes llenos de pintalabios.

Entender que llevar silla a la playa es OTRO ROLLO.

Tirar de refranero popular por encima de tus posibilidades.

Llevar el carro de la compra al supermercado y a todas partes. Por lo que pueda pasar.

Engancharte a la novela de después de comer.

Pedirle a alguien más joven que te enseñe a usar algo de tecnología o la nueva app de moda.

Usar camisón de algodón.

Meter el abanico en el bolso en marzo y no sacarlo hasta noviembre.

Contar batallitas de tiempos pasados y rajar de hombres que te lo hicieron pasar mal.