Cosas que me hubiera gustado saber antes de descargar Tinder

 

1º: Encontrarás a muchos gilipollas. Vale, esta puede que sea evidente, pero mi alma cándida y romanticona esperaba encontrar puro love al primer match, que queréis que os diga. Pero no: después de mucha criba te encuentras con alguien decente, y, en ocasiones, quien parece decente acaba siendo también un sinvergüenza. 

2º: No es tu culpa si no logras dar con alguien. Esto tiene mucho que ver con lo anterior, ya que, queridas, el universo de las apps es como el mundo de la noche, algunos van a divertirse, otros a bailar y otros tantos a mojar y decir adiós. De modo que, si te has decidido por esta aplicación para encontrar a alguien y no lo consigues, no, no es que no valgas la pena. ¡Ni muchísimo menos!

3º: Solo una foto no te dice cómo es la persona. Es una de las desventajas de deslizar según un atractivo y luego hablar, de modo que, insisto, paciencia. Solo cuando conozcas en persona a alguien podrás valorar realmente cómo es, y en ocasiones es difícil «encontrar la proporción del rápido/lento»: es decir, cuánto es hablar mucho o poco antes de quedar. Yo recomiendo una semana charlando.

4ª: Si solo sube fotos enseñando su torso desnudo, no esperes demasiado.

5ª: Cuidado también con las fotos de noche, de fiesta o en grupo, crean confusión y normalmente quien está tras la pantalla no es quien esperas.

6º: Ay, los intensitos. Si te prometen bajarte la luna, las estrellas y hasta el olvidado Plutón, créeme que huele a chamusquina. Por lo menos, si se pone de ese modo en las primeras palabras que intercambiáis, y da por hecho, que se lo habrá dicho igual a otras tantas.

7ª: Mándame fotos. Amigas, sois total y completamente libres de mandar las fotografías que deseéis, pero cuando van a desconocidos, no siempre respetarán vuestra privacidad. O, aunque lo hagan, tal vez sean tan amigos de su propia mano que no lleguéis a nada.

8ª: Deslizar y deslizar imágenes desespera y desesperanza. Para estas ocasiones, recomiendo desinstalar un tiempo la aplicación y darle una oportunidad más adelante, echémosle la culpa al algoritmo y tomémonos una bebida a la salud de Tinder.

9º: El aliado. Ni se te ocurra seguirle la corriente al que va de aliado feminista, pero, oh sorpresa, te acaba explicando él a ti lo que es el «verdadero» feminismo. ¡Huye!

10º: Lo bueno para el final: si alguien te conoce en persona, pero te tira la caña a través de Tinder, no es timidez, es que no es de fiar. Creedme, esto es totalmente true story.

 

PD: Mención especial a las temidas fotopollas. Horribles, no pedidas y desagradables. Queridas, guardad en vuestras galerías un buen miembro con una ETS y mandadlo de vuelta. Así, sin más.

 

Ega