Admítelo amiga, no siempre que comes un calipo estás a tope de power en el tema. Es fácil distraerte porque no sientes petazetas en el chichi. Joder que sí y lo sabes, una cosa es disfrutar al ver que tu contrario está con los ojos del revés y los dedos de los pies agarrotaos, y otra muy distinta es sentir placer haciéndolo. Yo no lo siento chatinas, me pone cachondeta a tope ver cómo él lo pasa pipa, pero yo sentir gustera pues como que no. Por eso tengo tiempo para todo: pensar, enfadarme y hasta vomitar.
– Que te den ganas de potar: pues me gusta mucho este tipo pero tiene un trabuco nivel Curro Jiménez y cada vez que me agarra y me la mete hasta la garganta me dan ganas de regarle la pilila con el cubata que me acabo de tomar hace 2 horas.
– Pensar en la lista de la compra: tengo que comprar regañá para el jamón… y los aguacates para hacer el guacamole del viernes… ay pero mejor lo compro hecho y así me ahorro tiempo… mmm sí cariño, te gusta… joder y papel higiénico.
– Que te enfades: ¿pero este tío por qué me agarra de las orejas y me mueve la cabeza? No soy un coño enlatao.
– Pensar en el papadón que te sale al comérsela: a mí me pasa troncas, estoy ahí dándole que te pego y me noto la papada casi en las tetas. Le imagino mirándome y me da una bajona seria seria, lo bueno es ver que a él se la pela y está más pendiente de cómo le hago el tuist con la lengua y no en si mi papada me hace de bufanda.
– Si hay pelo hay delito: acabas atragantándote con un pelo, una pelusa, un hilillo del calzoncillo. Ahí está, aunque el titi tenga la pinga como la del Nenuco. Acabas diciendo lo de «espera» y te metes los dedicos en la boca intentando buscar esa coña que se te ha metido. Acabas pareciendo un viejete carraspeando porque el pelo se te ha quedado atrapado en la campanilla. Te conviertes en la reina de las pedorretas intentando expulsar lo que sea que tienes. Total glamour.
– Que se te vaya de las manos la mordidita: dependiendo de cómo de grande la tenga, el control de tus dientes es más que vital para evitar un desgarro pollil. Sé cuidadosa y usa tus labios (y mucha saliva) como barrera.
– Bajarle los pantalones y que aquello parezca la pescadería a las 20h. Hombre colega, eso huele una peste que echa para atrás, pero tú eres una valiente y sabes que eso se irá en un par de churrupaíllas, pero de primeras cuesta, joder que si cuesta. Pincica en la nariz y a mamarla.– Que culmine en tu boca y eso sepa regulero. Señores del mundo, hagan caso a los Bom Bom Chip «Toma mucha fruta, mucha fruta fresca. Tómala y drisfruta como te parezca. Puesdes exprimirla para hacerte zumos. Puedes compartirla con mas de uno.»