Sabemos que el verano es la mejor época para poner toda la carne en el asador, o lo que es lo mismo, pasar de críticas y comentarios y disfrutar de nuestro tiempo libre como nos de la gana. De un tiempo a esta parte parece que hemos conseguido paliar un poco los efectos de esos haters que solo saben señalar a todo aquel que se salga un poco de los cánones establecidos. Esto no quiere decir que no continúen existiendo ya que tarde o temprano en cualquier red social podemos ser testigos de cómo un buen puñado de usuarios se lanzan a soltar su bilis sobre alguna persona en concreto.

En esta ocasión el objetivo ha sido Anabel Pantoja. La colaboradora de Telecinco ha comenzado sus vacaciones y, para variar, su última publicación en redes ha dado lugar a comentarios de lo más fuera de lugar. En la imagen podemos ver a la sobrina de Isabel Pantoja disfrutando de las Islas Canarias en un posado en el que hace topless cubriendo sus pechos con los brazos. Una imagen de lo más veraniega en la que se ve a una Anabel disfrutona y feliz. Una fotografía que más allá de quedarse en eso, en un pistoletazo de salida para las vacaciones de la colaboradora, ha supuesto para algunos un insulto por lo mucho que se ha atrevido a enseñar Anabel Pantoja.

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Incluso se llegó a abrir el debate sobre el poco respeto que demuestra Anabel al publicar este tipo de fotografías criticándola por la cantidad de veces que decide enseñar su cuerpo en sus redes sociales. Todo un despropósito en el que incluso algunos se han atrevido a hablar del peso de la colaboradora o de su grasa corporal sin cortarse ni un pelo.

¿Acaso tiene algo de malo el que una persona muestre su cuerpo sin hacer daño a nadie? De sobra sabemos que a Anabel Pantoja parece que las críticas le llueven simplemente por respirar, pero también somos muy conscientes de que todo lo que tenga que ver con su cuerpo es incluso más dado al aluvión de haters. Hablar de sus pechos, preguntarle una y otra vez por qué muestra tanta carne o llamarla irrespetuosa por hacerlo es prácticamente lo mínimo que hemos podido leer en la actualización en Instagram de la colaboradora.

Ser natural y enseñarnos tal y como somos todavía son motivos suficientes para que muchos se vean con el derecho a soltarnos sus mierdas. Se escudan en su libertad de opinión aunque a algunos habría que recordarles que no todos los comentarios son válidos. Insultos, groserías o barbaridades de todo tipo ¿por qué tenemos que continuar aguantando según qué necedades solo por publicar una fotografía? Exigir recato a algunas mientras que se aplauden otro tipo de posados mucho más sugerentes deja patente lo hipócritas que podemos llegar a ser.

Menos mal que con la crema solar las opiniones de los demás nos resbalan mucho mejor así que toca disfrutar y continuar publicando todo aquello que nos venga en gana. Ahora, algún que otro usuario como se muerda la lengua, se muere envenenado, eso ya lo sabemos.

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