Cuando estás muy gorda para ser su novia pero luego te quiere en su cama
A lo largo de mi vida me he encontrado con muchos capullos. Algunos fueron novios, otros ligues, otros amores platónicos y otros solo amigos. Pero hoy vengo a hablar de un tipo concreto de capullo que vive camuflado en nuestra sociedad, que parece normal hasta que te da la sorpresa, uno que se ha ganado a pulso un mote que le viene que ni pintado: el esconde-gordas.
Hoy hablamos de ese chico encantador que tontea contigo, normalmente por redes, pero bastante menos en persona, especialmente cuando hay gente conocida. Ese que finalmente te besa a oscuras en tu portal o en cualquier otro sitio más bien apartado, pero curiosamente nunca en la discoteca, en la universidad, en los alrededores de la oficina o en cualquier otro sitio rodeado de amigos o conocidos. Ese que cada noche suspira y susurra tu nombre cuando ardéis entre las sábanas, pero que curiosamente aún no te ha presentado a nadie de su entorno, pese a que lleváis meses viéndoos. El que siempre pone excusas para salir a tomar un café, cenar o ir al centro comercial, y prefiere que os quedéis en casa.
Por supuesto, al principio no lo vemos. Será tímido, pensamos. Será que no tiene muchos amigos o no tiene buena relación con su familia. Será que es más bien casero y no le gusta demasiado hacer planes fuera. A veces, incluso ellos mismos sueltan excusas de este tipo. Y nos conformamos, les creemos con tal de seguir manteniendo a salvo nuestra burbuja de felicidad, porque la alternativa supone el riesgo de explotarla. Pero más tarde o más temprano llega un momento en el que es imposible seguir sosteniendo esta mentira. Y te das cuenta de que has acabado en las redes de un capullo, uno con nombre propio: un esconde-gordas.
Porque él no es ni tímido, ni tiene mala relación con su familia, ni es que sea más bien casero. O igual sí, oye, pero no es el motivo de su forma de actuar. Simplemente se avergüenza de sentirse atraído por ti. Le encantas, está cómodo contigo, en la intimidad le vuelves loco. Te quiere para él solito, pero porque no está dispuesto a que nadie le vea contigo. Tus curvas son su perdición, las besa, las adora y las busca a la mínima oportunidad. Pero tengo una mala noticia: ni te valora, ni te quiere, ni te respeta. Eso te lo puedo garantizar.
A lo largo de mi vida me he encontrado con muchos capullos pertenecientes a este subtipo y soy consciente de lo que cuesta salir de su tela de araña. Porque tú te sientes feliz y aunque haya algo que te empieza a oler mal, querrás seguir con la venda puesta y encontrando excusas que solamente sirven para autoengañarte. Y al final, esa venda solamente te la puedes quitar tú misma.
Mi consejo, desde la experiencia, es que afrontes la realidad cuanto antes, porque ese esconde-gordas te está haciendo perder un tiempo maravilloso de tu vida tratándote de forma indigna, y te prometo que mereces a alguien que te saque a cenar, al cine o a bailar. Que quiera ir contigo de compras, a la playa o simplemente a pasear. Y que te bese orgulloso frente a sus amigos, familia y conocidos. En definitiva, mereces a alguien que te valore, te respete y que quiera pregonar al mundo cuánto te quiere.
Carol M.