Viajar y menstruar es como vivir y menstruar. Sucede. Podemos tener en cuenta algunas cosas en relación a los viajes y el ciclo menstrual.
En los viajes cambia nuestra rutina. Ya sea por trabajo, vacaciones o como modo de vida, no hacemos lo mismo que en el día a día. A veces también cambia el uso horario, la estación del año, lo que hacemos y lo que comemos. Esto tiene efectos en nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestros estados de ánimo.
Todo eso puede modificar nuestra fecha de sangrado menstrual, adelantando o atrasándolo.
Te comparto algunos tips que a mí me vienen bien mientras viajo:
- Llevar siempre en el equipaje la copa menstrual y toallitas/compresas de tela (o lo que uses, pero sugiero estos 2 métodos porque son 100% amigables con tu cuerpo, con el ambiente y con tu bolsillo, y libres de venenos y tóxicos). Además, no en todas las situaciones vas a poder adquirir toallitas/compresas o tampones. Si tomás algún medicamento para el dolor, llevar alguno en la billetera o neceser, además de en el botiquín.
- Cuando vayas al baño a cambiarte la copa, llevate una botellita de agua, para enjuagarla en caso que el lugar no tenga agua de buena calidad. También te puede servir tener alcohol líquido o en gel, y/o toallitas húmedas. Es simple enjuagar la copa, más de lo que parece! Así que no te desanimes.
- Al final del ciclo, si no tenés a mano una olla para hervir la copa, podés ponerla en un envase con una pastilla esterilizadora o bien lavarla con agua y jabón.
- Considerar unos días de relajo. No comprar el discurso de que cuando menstruamos tenemos que sentirnos como todos los días. Usualmente los primeros días del ciclo nos invitan a bajar un poco el ritmo, a descansar, a mimarnos. Si bien cada mujer se siente diferente y todo es válido, está bueno exigirse menos esos días, no sentir que tenemos que tener el mismo nivel de rendimiento ni ponerse el trekking más complicado en el día 1.
- Hablarlo con nuestres compañeres de viaje para que estén al tanto puede ayudar a bajar las exigencias y expectativas.