De cómo el CBD ha mejorado mi vida.

 

No me recuerdo de otra manera que no sea con dolores varios. Desde que era pequeña he tenido un imán para pillarme todo tipo enfermedades (básicas, no muy graves) y según he ido creciendo la mayoría de achaques se han ido complicando de la noche a la mañana.

Recuerdo que siendo muy joven ya frecuentaba el que según mis amigos y conocidos es mi sitio favorito del mundo: urgencias. Urgencias en todas sus versiones y ciudades, urgencias de madrugada, urgencias en hospital, en ambulatorio, urgencias varias vaya. Mis problemas de salud estaban sobre todo relacionados con problemas respiratorios, de migrañas, faringitis crónica, otitis crónica, anginas, nódulos en cuerdas vocales, costocondritis (tema bastante peliagudo por el tema de dolores súper fuertes) a los que había que añadir los dolores de la regla (que al mucho tiempo por fin me afirmaron que era endometriosis) y los catarros o gripes del momento. No me libraba de una la verdad. En casa mis padres me decían que era imposible que estuviera enferma con tanta frecuencia a lo que yo les respondía que se notaba que me hicieron sin mucho amor. Para qué negarlo, estoy mal hecha.

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Llegué al punto en el que mi médico de familia, gracias a Dios, me prohibió el Ibuprofeno porque para todo desde bien pequeña era la solución para todo. El antibiótico ya no me hacía ni efecto del abuso que había hecho de él (siempre con prescripción médica evidentemente) pero ya ciertos problemas y enfermedades no sabían muy bien cómo tratarlos. Si que es cierto que probé para ciertas cosas productos de herbolarios que si que me ayudaban bastante pero nada que dijera: ¡wow, estoy mucho mejor!, no. Entonces fue cuando vi la luz al final del túnel y apareció el CBD en mi vida. 

Bendito el día que llegó esa maravillosa información a mi teléfono en forma de anuncio en las redes sociales. Investigando mucho más sobre el tema y todos los beneficios que tenía en relación con los dolores también llegué a comentarios y estudios sobre cómo el CBD podía mejorar el estado de ansiedad y ayudar a dormir mejor. Ese pequeño botecito tenía escrito mi nombre y todas las patologías que yo tenía desde hace años. 

Evidentemente lo compré y evidentemente mejoró mi vida un 200%. He probado diferentes marcas, diferentes grados de CBD para diferentes fines pero os aseguro como persona quejica y que vive (vivía) a diario con dolores que es lo mejor que he probado hasta el momento para poder hacer una vida normal y corriente.

No recordaba lo que era salir una noche sin morirme de dolor de ovarios o de garganta, mis cuerdas vocales siguen muy afectadas pero al tomarlo recupero un poquito la voz y tardo más en quedarme afónica. No he vuelto a tener migrañas desde hace mucho tiempo y sobre todo el tema de la costocondritis y la endometriosis es mucho menos doloroso. Gracias a este pequeño botecito milagroso voy bastante menos a mi “lugar favorito” y me medico muchísimo menos. 

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Sandra Regidor

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