Ayer, como cada día, mientras trabajaba limpiando un bar pasaban a mi lado padres y madres acompañados de su prole, esta vez, a tomar el vermú del domingo. Sin embargo, ocurrió algo que no me había tocado hasta la fecha, un niño le preguntó a su madre qué hacía yo (pobrecita de mí) limpiando ventanas un domingo por la mañana. Fue un dulce momento pensar que en la inocente mente de un niño, los domingos son para descansar, y no para trabajar, hasta que su madre decidió joder ese precioso instante.

La ingeniosa respuesta de su madre fue que obviamente para que algunas personas disfruten sus vacaciones, otras tienen que trabajar (hasta ahí todo correcto), y que si quería poder tener los fines de semana libres y no trabajar limpiando la basura de los demás, debía estudiar.

Esta carta no es para la madre que dio por hecho que he malgastado mi vida y no he pisado nunca la escuela, esta carta es para ese niño que con la cabeza agachada asintió a las palabras de su madre.

No voy a decirte nada malo de tu madre, estoy segura de que no tenía intención de ofenderme, y solo quería convencerte de que estudiases, pero te voy a decir una cosa que tu madre no sabe, una cosa que mis padres no sabían cuando me dijeron lo mismo en su día; yo, al igual que la chica que me sirvió un batido de chocolate en navidades cuando era una niña, hemos estudiado, de hecho me he graduado este año en la universidad pública de nuestra comunidad, y trabajo limpiando un bar, sí.

Soy una de las muchas personas universitarias que han tenido que trabajar para estudiar, no porque mis padres no hayan estudiado y no tuviesen buenos trabajos, conozco hijos de profesores que también han tenido que trabajar para poder pagarse la carrera. Y soy una de las muchas personas que una vez graduadas en magisterio, medicina, ingeniería, y otras tantas carreras, trabajamos limpiando bares, sirviendo en restaurantes de comida rápida, cuidando niños, etc.

No intento persuadirte de que estudies, deberías estudiar. Deberías porque, créeme, aprender es divertido, sobre todo cuando aprendes cosas que te interesan y fascinan. Deberías estudiar porque saber nunca viene mal en la vida. Deberías estudiar porque hay una profesión que te gusta, y que te encantaría poder luchar por ganarte la vida con ella. Deberías estudiar porque estudiar es tu derecho como persona ciudadana de nuestro país. Deberías estudiar porque no hay nada más peligroso para los malos gobernantes que un pueblo culto, que sabe sus derechos y no deja pisotearlos.

No estudies una carrera si no quieres, estudiar no te convertirá en alguien más inteligente, o más feliz,  solo en el propietario de un título. Conozco muchas personas sin títulos escolares más inteligentes que la media, y seguro que tú también, al igual que conozco profesionales que dejan mucho que desear como personas.

No estudies una carrera si eso es lo que quieres, pero deberías aprender, deberías leer, porque el conocimiento es poder. Pero sobre todo, no estudies para ser (o mejor dicho, creerte) superior o mejor que la persona que limpia tus platos, que cuida a tus hijos, que te sirve un café, que barre tus calles, porque estudiar no te hará mejor que nadie, deberías estudiar para mejorar. Porque estudiar te abre fronteras internas, te vuelve crítico y te cuestionas el mundo que te rodea.

No estudies para ser mejor que yo y no tener que limpiar cristales un domingo por la mañana, es posible que aun así tengas que hacerlo, estudia para intentar mejorar el país que has heredado.

Fuego Skuld