DESCANSA LA MANDÍBULA Y TU CHICHI TAMBIÉN DESCANSARÁ 

¿Alguna vez te habías fijado en la similitud que hay entre tu suelo pélvico y tu aparato vocal? Tus cuerdas vocales y tu vulva; tus cuerdas vocales y tu suelo pélvico; tu laringe y tu útero. Las conexiones visibles que existen no son solamente a nivel anatómico, pudiendo observar que tanto un aparato como el otro tienen una estructura muy parecida, si no a nivel relacional y funcional. 

En la siguiente imagen, extraída de “La Mujer Alquimista”, podemos ver dichas similitudes de las que hablábamos: 

La Mujer Alquimista

En este post, os explicamos cómo de relacionadas están estas dos partes del cuerpo y cómo podemos llegar a tensarlas o relajarlas a la vez. 

Las que hayáis dado a luz, os sonará la típica frase que se enseña en las clases de preparto: “Respira, aprende a respirar”. La respiración es esencial en el parto, ya que determinará, en gran parte, la facilidad o dificultad del mismo, ya que la respiración nos ayuda a abrir el suelo pélvico y, por ende, la vagina. Así pues, mientras más relajadas y abiertas tengamos la garganta a través de la respiración, más relajada tendremos la zona del útero. La voz, abrir la garganta, relajar la zona de las cuerdas vocales, nos ayuda a que el canal por donde saldrá el bebé se ensanche.

mandíbula

Ambas aperturas corporales ayudan a canalizar el estrés, la tensión, la ansiedad con la que convivimos en nuestro día a día. El típico nudo en la garganta, el dolor de ovarios cuando aún no tenemos sangrado. Y ambas están relacionadas con la vida sexual. Por ejemplo el sexo oral y los besos; la lubricación y la salivación; la sequedad vaginal y la sequedad en la boca.

Normalmente, son condiciones que se relacionan, ya sea para bien o para mal, cuando estamos excitadas y cuando estamos incómodas o nerviosas. 

No seremos las primeras ni las últimas en apretar la mandíbula en situaciones de negatividad. Algunas ya somos conscientes de este acto, ya sea por dolor o por trabajar esa parte del cuerpo, pero de lo que no somos conscientes es de que también, en muchas ocasiones, estamos contrayendo la vagina en las mismas situaciones. El bruxismo, por ejemplo, suele venir de la mano de la hipertonía pélvica (un tipo de contracción que tiene lugar en la zona de la pelvis, provocando dureza como un balón en la parte baja de la tripa, ocasionando dolor pélvico). Así pues, tratar la mandíbula en patologías de suelo pélvico se convierte en imprescindible. 

Os recomendamos observar vuestra vulva y nuestra mandíbula, analizando la conexión con nuestro suelo pélvico y nuestra boca, intentando hacer relajaciones. Irnos a dormir relajadas, nos ayudará a dormir y descansar más y de mejor calidad, reduciendo la contracción al máximo. 

Como dato curioso, el origen de ambas partes del cuerpo son en tiempo paralelo. Cuando aún somos un pequeño embrión, se nos forma la boca, la vagina, la uretra y el ano durante el tercer mes de gestación. 

 

Por último, os invitamos a hacer una prueba: aprieta con fuerza tu mandíbula, ciérrala y aprieta los dientes. Observa, siendo consciente, ¿qué le sucede a tu vagina? ¿notas alguna alteración? Si puedes, utiliza un espejo, podrás también ver los cambios anatómicos. Posiblemente, en un primer momento, no veas o notes mucha diferencia, ya que es algo que se entrena. Es cuestión de tiempo. 

¿Conocíais esta conexión? Os leemos. 

GRIS :)