El día que empecé a creer en la limpieza de chakras

 

En mi familia siempre han sido muy básicos, sin ningún tipo de curiosidad sobre cualquier cosa que vaya más allá de lo terrenal, hablando claro. En cambio yo, por lo que fuera, siempre fui más inquieta, pero a lo que cultura y conocimiento general se refiere. Lo más raro en lo que me atreví a creer fue en el horóscopo negro (que no sé que diferencia tiene con el horóscopo normal, pero bueno).

Crecí leyendo los horóscopos de la Super Pop, supongo que como cualquiera que esté leyendo esto ahora, y realmente pensé que ahí se acababa la movida.

Empecé a saber que existía algo llamado chakras (que ya se que no tiene tanto que ver con eso), viendo a las “hippies” de la tele como a “la hierbas” en Aquí no hay quién viva. El único conocimiento, osea ninguno, que podía prometer hasta entonces.

Tenía amigas que les gustaba hacer cositas con cartas del tarot, así que poco en serio podía tomarme el asunto porque lo hacían en modo broma, y no como expertas ni semejante.

De repente un día me viene mi mejor amiga diciendo que en su edificio se ha puesto a vivir un chamán, y que fue a probar la limpieza de chakras porque solo se pagaba la voluntad. Con lo que yo dije uy, si es solo la voluntad, yo quiero probar esta movida si o si. Quiero saber que es.

Llega el día y resulta que entrar en una casa en la que solo vivían dos adultos bastante mayores, llena de muñecas, y hasta animales disecados, que daba todo el mal rollo del mundo, no fue suficiente como para no querer quedarme ahí a probar que era eso. Así que decidí aguantar la postura, fingir que no estaba en la habitación más extraña que había estado jamás.

Mientras esperaba en ropa interior tapada con una sábana, vi como el chamán se ponía en Youtube a buscar una lista de reproducción cualquiera de música chamánica (si es que eso existe). Con lo cual se dispuso a hacer el ritual más extraño que os podáis imaginar, pero sin ningún contacto físico. 

Yo por aquél entonces estaba pasando un mal momento, sin encontrar trabajo, habiendo acabado los estudios y sin saber qué hacer.

El señor chamán aseguró haber liberado de dentro de mí cualquier bicho malo que hubiera, que estaba pasando por un mal momento pero que pronto remontaría y las cosas irían aún mejor de lo que iban antes.

Podemos pensar que fue casualidad, pero efectivamente, pocas semanas/meses después, mi vida cambió bastante (que no de golpe ni por arte de magia), y por culpa de eso me creí un poco la movida esa.

No le digo nunca a nadie que crea en esto, a mi me da igual, pero yo os juro que he sentido cosas fuertes cada vez que lo he probado. Porque esa fue la primera vez, pero no la última.

Un año después de eso, más o menos, paseando por un mercadillo medieval, había un señor vendiendo pulseras de estas de piedras varias. 

Juro que yo solo pensaba comprar una pulserita y, distraída por ver si cogía el azul turquesa o el rosa quarzo, acabó haciéndome una revisión y limpieza de chakras. Por supuesto, con mi consentimiento. 

En ese “ritual” acertó de lleno que estaba pasando por una ruptura amorosa muy dolorosa, y cómo me estaba sintiendo y cómo lo estaba viviendo.

Loca me quedé, lo confieso.

Total, que unos meses después de esa limpieza, 

Es por eso que meses después, cuando estaba un poco en apuros vitales, decidí buscar otro chamán de estos, como se quieran llamar, para ver si remontaba. Y ojo, volví con mi ex y todo fue, no miento; maravilloso y mejor que antes (difícil de creer, lo sé).

Casualmente siempre doy con esa gente siempre que estoy más “baja de defensas”, pasando por un momento vital más malo, etc.  Lo cual reconozco que me hace vulnerable. Pero que también sea todo casualidad… pues mira, prefiero pensar que hay un poco de esa “magia” aunque sea mentira, así tengo a lo que recurrir cuando estoy en un mal momento.

 

Que oye, ¡tampoco es ninguna locura!

 

Anónimo