Muchas de nosotras treintañeras recordamos con nostalgia una serie anime que ponían durante nuestra infancia. Lazos, colores brillantes, vestidos, animales que hablan, mitología y villanos de la más diversa índole componen parte del universo Sailor Moon. Pero más allá, la purpurina Sailor Moon fue un anime adelantado a su tiempo.

Para quienes no lo conozcan (recomiendo tanto el manga como la serie de los 90) Sailor Moon relata la historia de Usagi Tsukino y cómo ella y sus amigas son elegidas guardianas de la Tierra cuya misión es protegerla de todo mal. Hasta aquí todo normal.

Sin embargo lo que sorprende de Sailor Moon es su fuerte espíritu feminista. He aquí algunos ejemplos:

  • La propia protagonista es un cúmulo de virtudes y defectos: come demasiado, es perezosa, mala estudiante, adicta al romance y la peor candidata para ser salvadora de nada pero también es valiente, alegre, compasiva y ferozmente leal.
  • La relación más importante de la serie es la de su protagonista con sus amigas y compañeras Sailor (cada una diferente y con personalidad propia). El romance es un elemento importante de la serie pero siempre queda en un segundo plano ante la relación entre las guerreras, siendo esta fuerte unión la que les ayuda a salvar el mundo en varias ocasiones.
  • La serie es bastante progresiva (dada su época) en términos de diversidad sexual. Dos de los personajes que se incorporan más tarde son dos mujeres que tienen una relación sentimental (aunque en España se intentó vender como “primas” (sí claro)…) y se muestran como una pareja sólida y estable.
  • Uno de los temas más importantes de la serie es la redención. Acostumbrados como estamos al uso de la venganza (en los medios, al menos) como la consecuencia lógica y deseable para los villanos, Sailor Moon destaca por su firme creencia en la redención. Ella cree en el Poder del Amor por encima de todo y la mayoría de los antagonistas son redimidos al final con la oportunidad de vivir una nueva vida.
  • Por último (aunque me dejo muchas más cosas) cabe destacar la celebración de la emoción y la vulnerabilidad. En el transcurso de los capítulos a su protagonista se la ve llorar por todo tipo de cosas hasta el punto de ser un poco pesada pero es también esa misma vulnerabilidad la que la capacita para ser la líder que salva al mundo junto a sus compañeras. Su fortaleza radica en su vulnerabilidad y su creencia en el Poder del Amor.

En resumen, Sailor Moon es una serie que merece ser vista no sólo por divertida y por nostálgica sino por su celebración de la amistad y el poder femenino.

Cristina Alonso