Levo toda  mi vida escuchando frases como «Se me sale el chichi de estas bragas» «con este bikini se me marca mucho el parrús» «No puedo usar vaqueros porque me marcan todo el chochazo». A ver, señoras gordas del mundo, si todo lo tenemos XL, ¿cómo narices vamos a tener un coño S? Tendrá que ser del mismo tamaño que nosotras. Tenemos el chocho gordo ¿y?. Asumámoslo, dejemos de discriminarle y de esconderlo como si no tuviera derecho a mostrarse ni a vivir. ¿Por qué le hacéis eso a él que tanto placer os da? Él nunca lo haría.

Estas tan cuquis quizás te tapan el clítoris.

Si los hombres se han inventado que el tamaño de su pene no importa, para dejarnos claro que si la tienen pequeña sirve igual ¿por qué el tamaño de nuestro chirri sí?

¿Qué pasa que sus nabos cuanto más grandes mejor? Pero si es pequeño no importa. Y en cambio nuestro sexo tiene que ser pequeño, sin pelo, con los labios pequeñitos y por dentro y de color rosa ¿quién se ha inventado semejante gilipollez? Un hombre, claro está. Pero ¿por qué le estamos haciendo caso?

¿No hay bodypositive para nuestro chochito? ¿Tiene que ser de una determinada forma y tamaño si no no vale? Le estamos haciendo lo mismo a nuestro parrús que Zara a nuestros cuerpos, ignorarlo y hacer que no existe. Y eso tiene que acabar ya.

 

Derechos para nuestros coños grandes ¡ya!

Así es que propongo una revolución chochil. Y que todas nuestras vulvas gordas salgan a la luz de una vez por todas. En verano con los pantalones blancos bien ajustados. Con los bikinis que se te sale medio labio por el lado y el otro medio por el otro. Que chica, pues así se ponen morenos. Con los vaqueros que nos marcan todo el chochazo que Dios nos ha dado. Con los leggins, con los tangas… Con todo.

Porque ya está bien de disimularlos, de esconderlos, de apretujarlos y de no quererlos por su tamaño. Que si el tamaño no importa, digo yo que no será exclusivo solo para las pollas, será aplicable a todo ¿no?

Que si fueras un chico con el tamaño de tu chirri, serías Nacho Vidal. Pero como eres una gorda, pues a taparlo. Pues no, querida no, eso se acabó.

A partir de ahora ni un chichi más discriminado, ni uno más escondido ni avergonzado.