Testimonio de Sandra Broa:

Una vez estuve saliendo con un tío, y me dijo que le encantaría que alguna vez lo sorprendieran con algo en plan «ama dominante del sado».
A mí la verdad es que esos rollos no me gustan nada… pero pensé «Bueno… si a él le hace ilusión… a mí la verdad es tampoco me importa mucho».
Así que una tarde, cuando salió de trabajar, le dije que viniera para mi casa. Y ahí estaba yo esperándolo, ni corta ni perezosa, vestida en plan «putón-dominatrix», con unas botas de tacón de aguja, cinturón de cuero en la mano y con todos los demás aperos preparados.Total… que como no se lo esperaba, al verme se quedó boquiabierto.
Y cuando ya reaccionó y fue a decirme algo… le solté un guantazo, y le dije que se callara, que ahí solo hablaba yo… o algo parecido (porque yo siempre he sido muy de meterme en los papeles).
Total, que lo amordacé, lo até, le hice las perrerías que me parecieron procedentes… Y cuando ya terminamos y lo desaté… vi que no movía ni los brazos y que tenía una cara muy rara… Así que le pregunté «¿Qué pasa? ¿No te ha gustado?». Y me dice: «Sí sí, si ha estado muy bien… pero podías haber escogido otro día HIJA DE PUTA, que lo primero que te he ido a decir es que tengo toda la espalda tan contracturada que no puedo mover ni el cuello… y me has tenido casi una hora inmovilizado con los brazos atados por detrás de la cabeza y contigo pegando botes encima»
Toda una semana estuvo jodido y teniendo que ir a darse masajes en el cuello. Pocas veces me he sentido más culpable en la vida.


Follodrama extraído del libro No sé si tirarme al tren…o al maquinista de Sandra Broa, autora del blog Treinta y… diario de una treintañera.

Quien más, quien menos, todos hemos pasado por una experiencia sexual que nos ha traumatizado de por vida (os sorprendieron sus padres, su tatuaje te impidió concentrarte, el lugar no fue especialmente idílico, tenía filias raras e inesperadas…).
¡Folladrama!
¡Exorciza tu polvo más desastroso! ¡Ríete (por no llorar) de aquel «Follodrama»! :

Escríbenos a info@weloversize utilizando como asunto: «Follodrama» contándonos de manera anónima (o no), la experiencia sexual que peor te haya tocado la patata. ¡Cuantos más detalles, mejor!
Cuéntanos tu follodrama con independencia de tu género, orientación sexual, signo zodiacal y el tipo de relación que mantuviste (individual o acompañado/a de un número indeterminado de personas). Follodramatizarlo es cuanto menos, una manera elegante de contar a los cuatros vientos que aquello fue un desastre.
¡Queremos conocer tu Follodrama!