Es cierto que jamás he sufrido un follodrama tan heavy como algunos que leo por aquí de acabar en urgencias o movidas en sitios públicos. Yo soy más normalita, vainilla que dirían algunas. Me gusta el sexo normalito en la intimidad, pero eso no quita que de vez en cuando viva experiencias de agárrate y no te menees.

Conocí a Lucas en una fiesta del trabajo. Él estaba en otro departamento, pero de vez en cuando nos habíamos visto la cara en la cafetería, y era bastante mono. La belleza es subjetiva y a lo mejor a vosotras no os molaría nada, pero para mí era un pibón.

Tras meses de miraditas, el día de la cena de curro decidí acercarme y hablarle. Me presenté y noté mucho feeling. Era divertido, bastante friki de los videojuegos (cosa totalmente positiva desde mi punto de vista), tierno y amable. Me gustó mucho, no os voy a engañar. No creo en el amor a primera vista, pero Lucas tenía algo que a mí me flipaba, y quería conocerle más y más.

Empezamos a quedar y surgieron los típicos temas de conversación: qué has estudiado, cuáles son tus sueños, etc. Y de repente me preguntó por mis anteriores relaciones, que cómo habían sido. No me gusta mucho hablar de ese tema, pero le conté que había salido durante mucho tiempo con un chico y que al dejarlo quise estar soltera y conocer a gente, pero que ahora estaba más asentada. Vamos, le dije la verdad. El sobreentendió que yo tenía mucha experiencia sexual y puso cara rara, pero no le di importancia.

Por la noche acabamos en su casa y lo que pasó fue bochornoso. Cada vez que hacía algo, se comparaba con otros ligues que yo había tenido.

“¿Y cuando estuviste soltera te comían el coño así o mejor?”

“¿Y tus anteriores ligues te masturbaban así o lo hacían de otra forma?”

“¿Cuánto aguantaban follando el resto de tíos con los que te has acostado?”

Literal que se pasó todo el polvo haciéndome preguntas de este tipo. Sobra decir que no me corrí ni de lejos y que fue bastante turbio todo. Al acabar le dije que me iba, que sintiéndolo mucho no había disfrutado nada. Me preguntó que por qué y le dije que por favor dejase de compararse con otros tíos, a lo que se ofendió un montón.

No volvimos a mirarnos en la oficina y yo no volví a hablar de mis anteriores sexperiencias en la primera cita.

 

Anónimo