Me gusta un chaval, de toda mi santa vida, no lo he podido evitar y pierdo las bragas por él desde que tengo uso de razón y de chocho. Yo soy de pueblo costero y qué nos pasa a los pueblos costeros, pues que cuando llega el verano se nos petan de madrileños que vienen a joder la marrana, a decirnos cosas a los ‘provincianos’, a creerse mejores que nadie y a ponerme cachonda como perra porque encima es que me mola el rollito de prepotente que se traen. Menos mal que una es bien de feminista y desde los 14 ha sabido diferenciar un ‘a tres metros sobre el cielo’ de un chico que merezca la pena.

Pues el chico este en cuestión tiene rollito sufero, el pelo así medio largo, rubiete (en agosto más), ojos verdes y un cuerpo de hacer Moai Tai (o como coño se escriba) que yo no he podido más en toda mi santa vida. El caso es que me mola desde que éramos niños, pero nunca me había atrevido a dar el paso, hasta este Halloween que se bajaron él y todos sus colegas a su casa. Vinieron en autobús porque son unos pringados, tienen 18 y aún no se han sacado el carné ni tienen coche.

El caso es que yo estaba con mis amigas en casa y mientras nos vestíamos les dije ‘Tías, hoy me lanzo a Cristian, me la suda todo de perdido al río’. Todas se emocionaron mazo, en plan ‘por fiiiiiin’. Así que nada, me puse el vestido que nunca falla, unas bragas bien bonitas que me pedí por Amazon, me pinté los labios rojos (con el fijo de Rimmel London que es la polla, que si pillaba cacho no quería dejar pruebas), me planté mis tacones y allá que nos fuimos al botellón en el descampado que hay enfrente de la discoteca a la que íbamos.

Llegamos tarde porque llegar las primeras es de pringadas y aún así ellos no habían llegado, pero nada nosotras nos pusimos ahí con nuestro vodka y nuestras pipas y nos lo pasamos que te cagas. Nos bebimos cuatro o cinco y pasamos dentro, ahí estábamos todas, dándolo todo y cada vez que ponían una de Bad Bunny la discoteca se caía al suelo, os juro que creo que estaba siendo una de las mejores noches de toda mi vida, con la peña disfrazada, mis amigas todas a tope, sin dramas y con mazo buen ambiente.

El caso es que en medio de todo eso, apareció Cristian y ya dejé de pasármelo bien por estar pendiente de él. Ya todo el rato bailaba el su dirección, si lo perdía de vista me dedicaba a buscarle como una loca y las movidas que hago yo, que parezco tonta. El caso es que yo vi que después de una hora o así se salía para fuera con un amigo y pensé ‘esta es la mía’. Me salí detrás de ellos, no sin antes avisar a mis amigas, me dijeron que tuviera el móvil en sonido y que no me pirase lejos.

Pues nada, estaba fuera con dos amigos y yo con uno de ellos tengo como medio confi, le dije por insta que viniera un momento a la puerta de la discoteca, me dejó en visto y en menos de treinta segundo lo tenía allí conmigo, se lo dije sin dar rodeos ‘tú, que me mola Cris, díselo’. Se descojonó y me dijo que vale, que seguro que él también quería conmigo porque iba to pedo, le dije que era un gilipollas y que si se iba a liar conmigo porque iba pedo, que le fueran dando.

Me volví a meter dentro, super enfadada y de mal rollo, mis amigas me preguntaron que qué pasaba y les dije que nada, que siguieran a tope. Empecé a intentar fingir que me lo pasaba bien para ver si así me lo pasaba bien, pero nada, que me habían cortado todo el mood. Y en esas, ya pensando que me quería pirar a casa y comerme media nevera antes de sobarme, me llega Cris por detrás y me dice al oído ‘¿te sales conmigo un rato?’.

Y yo como soy así de aleatoria,  de repente todo estaba bien de nuevo, me salí con él fuera de la mano y ya estaba flipando en colores solo de imaginarme el lote que nos íbamos a pegar, llevaba queriendo liarme con él desde que nací.

Pues nada, nos salimos al parking, nos ponemos entre dos coches y no sé, yo pensaba que el pavo sabía perfectamente lo que quería, lo que hacía y cómo la hacía, yo qué sé tenía pinta de empotrador, de aquítepilloaquítemato, pero nada de eso, el chaval lo primero que me preguntó era si me gustaba el ASMR. Y en plan… ¿Me estás vacilando? Y me dijo que no, que a él le flipaba, que si no se ponía una vídeo un no podía no dormir por las noches, que sus favoritos eran el ‘Face Touching’ y el ‘Hand noises’, que ahora sé qué son porque lo busqué en Youtube porque antes ni jodida idea.

Eran las 5 de la mañana y este ser solamente sabía frotarse las manos, chascar los dedos suave y hacer ruidos raros con la boca… Y todo el rato ‘¿lo sientes, tía? ¿lo sientes?’. SENTIR EL QUÉ CHAVAL, QUÉ QUIERES QUE SIENTAS AL VER CÓMO TE ROZAS LAS MANOS. Pero claro, yo le decía que sí, que me flipaba, que lo estaba gozando.

El caso es que salen sus colegas y le gritan ‘Cristian, que nos vamos en 10 min’ y coge el chaval y me dice ‘me tengo que pirar en 5, ¿quieres que nos enrollemos?’ Me quedé toda de piedra en plan WTF y de repente empezó a meterme boca… Nos liamos durante CINCO minutos y me dijo: ‘bueno, me voy, me ha flipado hablar contigo, ya nos vemos en verano’.

Y SE FUE.

Anónimo