Queridas chochos:

Aquí me tenéis de nuevo, el chico de las poesías navarricas, vuestro fiel admirador, el petardo que casi se enamora (y esta de vez de verdad) de un oasis en el desierto, de una ilusión óptica, de un visto y no visto, de un hijo de puta que estaba más bueno que la punta de chocholate del final de un corneto, no exagero si os digo que el Thor de Lavapiés no tenía nada que hacer en su contra.

En realidad igual sí, fueron amores distintos, físicos distintos, lugares y momentos distintos. Bien podría mi alma intercambiar cada día a uno. O qué pollas, los dos a la vez, uf. Me acabo de enfermar de pensarlo. Qué feliz sería entre, sobre, tras, bajo, cabe, con, -y todas las proposiciones del jodido mundo entero- esos dos.

 

Bueno chochos, que no os he escrito antes porque estoy de vacaciones, merecidísimas by the way, de hecho pensaba follar mucho para tener historias que contaros a la vuelta, pero nada más lejos de la realidad.

No sé qué me ha pasada o me pasa, es una fase, supongo y quiero pensar, pero es como que no tengo ganas de follar. Será por el calor o yo qué sé qué, pero el caso es que salgo de fiesta y no me apetece, no encuentro a nadie apetecible, no me entran las ganas, ay no sé. No estoy mal en el resto de mi vida, es solo que no me llama el sexo, bueno, me llamaba, en pretérito imperfecto de indicativo, porque la semana pasada casi hago un simpa en el amor.

Me fui la semana pasada a hacer un crucero por las Islas Griegas con mis compañeras de piso, teníamos el viaje cogido desde Navidad más o menos. Bueno, os imagináis la ilusión: el hacer las maletas, las compras previas, imaginar todo lo que vamos a ver, a beber y a comer, comida y lo que no es comida. El caso, que estábamos muy ilusionadas (mayoría mujeres, son dos, me ganan) con nuestra partida a las islas y parecía que el día nunca iba a llegar.

El caso, que llega el día, embarcamos, flipamos con el barco, nos emociona mucho la vaina de que fuera todo incluido, comemos y bebemos más comida de la que cabía en ese maldito catamarán, vamos viendo islas, nos hacemos fotos dignas de ser impresas a tamaño poster y empapelar Madrid con ellas, somos felices y todo va perfecto. A excepción de mis ganas de follar, que seguían ausentes y eso nos preocupaba a todos, porque normal no era.

No lo era hasta que apareció ÉL. Lo pongo en mayúsculas porque de verdad creo que es ÉL, es mi ÉL y aún no lo he puto superado, han pasado siete días y sigo dándole vueltas a que es el hombre de mi vida.

QUÉ ME ESTÁ PASANDO POFAVÓ

El caso, lo conocí en Mikonos. Hicimos noche atracados en la isla, nos bajamos del barco para salir un rato por allí, ir de fiesta y esas cosas. Como soy un liante de cojones nos colé en una fiesta de peña mazo de importante -cómo lo hice os lo cuento otro día, que tampoco quiero haceros esto interminable-, pero vamos, fue usando mi dotes de homme fatale. La fiesta esa ha sido la más puto increíble a la que yo he ido en mi vida y mira que he ido a muchísimas, por eso de la fotografía y tal.

Era típica fiesta de película que no crees que pueda existir de verdad porque QUIÉN VA A GASTARSE ESA CANTIDAD DE DINERO EN UNA NOCHE. Botellas de möet como si fueran agua del grifo, caviar, salmón y muchas mierdas que no sabía ni qué eran porque eran alimentos demasiado sofisticados para mi paladar y mi bolsillo. La gente preciosa, todos de blanco, cala privada, iluminada con farolillos y hogueras para ricos… Bueno, chochos, os lo imagináis, todo muy el coño (no me gusta utilizar sólo el término ‘la polla’ para cosas buenas).

Pues ahí estaba él, a mi lado, en la barra. Estaba yo pidiendo tres copas de champán en la barra para mis churris y para mí cuando se me presenta el hombre de mi vida al lado. Era guapo, porque guapo era, pero os juro que esto iba más allá, tenía una mirada… Es que de verdad, me da rabia porque no sé describirlo, no sé hablar de qué sentí, fue mirarle y quedarme sin palabras.

YO. QUEDARME. SIN. PALABRAS.

Me habló en algo que supongo que era griego y le dije ‘sorry spanish’, NO SÉ EN QUÉ IDIOMA LE DIJE ESO NI SI ME ENTENDIÓ PORQUE NO SABÍA HABLAR NINGUNA LENGUA NI EMITIR NINGÚN SONIDO ESE HIJO DE LA GRAN PUTA ME DEJÓ SIN RESPIRACIÓN DE VERDAD OS LO DIGO.

El caso es que no se iban, esos ojos azules con rímel -que si no eres experto en la materia como un servidor te crees que tiene las pestañas más largas del mundo y ya-, esa barba malditamente perfecta pelo a pelo, esos pómulos marcados, esa nariz salida de un anuncio, ese corte de pelo, esos hombros, ese pecho… Joder, es que era perfecto de verdad. Era un armario empotrado con cara de ángel. Si es que pienso en él y se me empalma románticamente, de verdad os lo digo, a él se la comía a cámara lenta.

Nos pasamos toda la noche hablando, medio en español medio en inglés, era una conversación desastrosa, yo esa noche era el peor interlocutor posible, de verdad os lo digo. Era como que no sabía qué decir, cualquiera idea que se me pasaba por la cabeza pensaba que no le iba a hacer gracia, que no la iba a entender, que seguro que pensaba que yo era gilipollas perdido, yo qué sé.

El caso es que se quedó, con su sonrisa profident ahí, no dejaba de maldito sonreír el muy guarro, menos mal que no soy mujer, porque os juro que podría haber llenado un cubo de 10litros de flujo vaginal mientras le miraba, colega. El caso es que poco a poco se iba acercando a mí, ME TOCABA. Y yo no entendía, no entendía nada. Me cogía la mano, con la presión justa, me la acariciaba, no era lascivo, era sensual. Que sí, que era solo un roce de manos, vale. ME CONOCÉIS Y SABÉIS LA INTENSIDAD CON LA QUE VIVO.

Sabéis que no soy romántico, pero cuando me tocó paso algo parecido a esto.

El caso, yo estaba prendado, no sabía qué hacía un hombre como él hablando con un parguelas como yo, la noche avanzó, el möet corrió y yo en lo único que podía pensar era en que no quería dejar de mirarle para que nunca se me olvidara su face, era como que quería guardar en mi mente fragmento a fragmento toda su cara para siempre.

Hasta que llega el momento, me dice que tiene una habitación de hotel cerca de la fiesta, que si me quiero ir con él a pasar un buen rato. IMAGINAOS EL CORTO CIRCUITO MENTAL Y EMOCIONAL QUE SUFRÍ AHÍ. 

Le dije que sí, que claro, que por supuesto. Aunque dentro de mí solo podía pensar en que haber qué pollas hacía yo con ese hombre en una cama, que no fuera el ridículo.

Salimos fuera a la calle, llama para que le traigan un coche y de repente, suddenly, así sin previo aviso me dice: ‘¿efectivo o tranferencia bancaria?’ -en inglés- y le dije que efectivo, que cómo iba a pagar un taxi con transferencia. A lo que se descojona y me dice ‘no, al taxista no. A mí, por mis servicios’. 

¡¡¡¡¡ERA PUTO!!!!!

LAS COSAS EN MI CABEZA EMPEZARON A CUADRAR, SABÉIS QUE ME QUIERO, QUE ME AMO, QUE ME ADORO Y QUE YO NO ME SIENTO INSEGURO JAMÁS DE LOS JAMASES. PERO DE VERDAD QUE NO TENÍA SENTIDO QUE ESE SEÑOR INSISTIERA TANTO EN TENER ALGO CON UNA AMEBA COMO ERA YO ESA NOCHE, JODER. 

Ahí salió a flote algo de amor propio o no sé qué fue y le dije que no, que lo sentía que me tenía que ir. Le sentó falta y se enfadó muchísimo en griego, cosa que entiendo, después de toda la noche mareándome y trabajando -literalmente- para que yo le pagara, cojo y en el último momento le digo que chao pescao. 

No me preguntéis por qué, pero me dolió mucho. Me hizo sentir especial, supongo que será parte de su formación o algo. El caso, que como el dramático que soy me fui corriendo a llorar a mi camarote, hasta que llegaron mis dos mujeres y me vieron así, me preguntaron que qué pasaba y chica, no sé si es que las quiero y me quieren con su alma, pero al contarlo en voz alta y sentirme yo otra vez, en lugar de llorar me puse a descojonarme, las dos hijas de perra de rieron de mí hasta la saciedad, que una hasta se tiró al suelo, la muy perra.

Así que nada, chochos, si os sentís mal alguna vez por algo de amor, pensad que yo me enamoré de un prostituto en Mikonos.

Pd: me planteo seriamente escribirle a los del crucero que no estaba TODO incluido.

Pd2: si consigo ahorrar mucho dinero, vuelvo a Mikonos, lo busco, me lo follo y os lo cuento. Que tener sexo con un profesional tiene que ser acojonante.