Me imagino que por el título de este post ya os haréis una idea de cómo acabó la cosa… Pero vamos, no os preocupéis, os hago spoiler: quemaduras en el culo, agujetas hasta en las pestañas y una neumonía de caballo que me llevó a urgencias. Y sí, aprendí la lección: nunca practiques sexo en la nieve.

Todo sucedió este pasado mes de diciembre y todavía ando recuperándome. A mi pareja y a mi se nos ocurrió la genial idea de ir a esquiar (que no sabemos) porque pensamos que sería romántico (que no lo fue) y que no sería tan caro (mis cojones). Y decidimos irnos la semana después del puente de diciembre con ganas de ver la nieve (que apenas había).

Mi preocupación era romperme algo, con lo torpe que soy que hasta bajando un simple escalón me he caído y me he roto huesos, a cada momento que pasaba pensaba que sería mi último día en Sierra Nevada. Pero no fue así, o al menos, no fue por esa razón, sino porque se nos ocurrió en un momento de pasión, comenzar a follar.

Estábamos en las pistas más bajas que había, fuimos a tomar algo mientras descansábamos al bar que hay allí mismo y decidimos alejarnos un poco de la gente hacia más abajo de la montaña, por curiosidad. Encontramos un pequeño hueco escondido muy romántico y desde el que pensamos “coño, ni desde el tele cabina nos podrían ver”. Así que tuvimos un arranque de pasión.

Obviamente no pensábamos quitarnos la ropa con el puñetero frío que hacía, pero en esos momentos salvajes lo único que estaba pensando es en que me la metiera de una vez y entrar todavía más en calor. Pero claro, había que bajarse el pantalón, lo hice y comenzamos… el problema es que a los pocos minutos jadeando de placer comencé a estornudar y a moquear, eso me hizo concentrarme más en cómo me encontraba que en el sexo, por lo que tuvimos que parar. Justo cuando me iba a subir el pantalón, me apoyé mal y me caí hacia atrás, con tan mala suerte de que mi culo cayó sobre una montañita de nieve muy poco congelada que se deshizo en agua rápidamente.

¡Dios no podía levantarme! Era imposible. Si vierais la escena, estaba totalmente encajada con el culo metido en agua, los pantalones por los muslos, yo gritando “ayy ayy ayyy, que no puedo levantarme”… era súper cómica la escena pero en el fondo me estaba doliendo un montón el culo. Además no solo me costaba levantarme por la posición en la que caí (que parecía una cucaracha boca arriba) sino por las agujetas del día anterior esquiando.

Mi novio consiguió levantarme pero comencé a encontrarme muy mal, con mucho calor y dolor de cabeza, así que nos fuimos al hotel a pegarme una ducha calentita, pero seguía tiritando y el culo estaba demasiado rojo, así que fuimos a urgencias. Resultado: quemaduras en el culo, neumonía (que tenía que tener cuidado porque podría acabar en algo grave) y agujetas por todas partes…. Imaginaros mi cara al explicarle al médico cómo acabé con quemaduras en el culo jajaja. Conclusión: nunca practiques sexo en la nieve.