FRASES ESTÚPIDAS QUE SOLO OIRÁS AL SER MADRE

La maternidad trae cosas preciosas a la vida de una madre, como el amor infinito, el olor a bebé y otras ñoñadas varias. Y además también te trae situaciones surrealistas. Situaciones que nunca jamás te habrías esperado. 

Cabía esperar verse de mierda hasta el codo sin saber por dónde coger al bebé, por ejemplo. O acunar el carro de la compra sin darte ni cuenta, como si quisieras dormir a los paquetes de pañales. Pero lo más surrealista de todo ni te lo imaginabas: las cosas que la gente es capaz de llegar a decirte cuando has sido madre. Gente que en la vida te ha hablado pero que cuando empujas un carrito de repente una conexión de confianza brutal la une a ti.

Os haré un repaso de las que a mi más me han flipado.

FRASES ESTÚPIDAS QUE SOLO OIRÁS AL SER MADRE

– Para empezar, sales de paseo con tu bebé recién nacido y todo el mundo se acerca a ver qué salió por fin del huevo kínder que te llevaban viendo 9 meses. Todo bien hasta aquí. Pero, ¿en qué momento es normal que un extraño te pregunte si “le das teta”? ¿Acaso le pregunto yo si come ternera o pollo? ¿O si usa papel higiénico de dos o tres capas? Le daré teta, o bibe, o como si me da por comprarme una vaca y enchufar a la criatura a que beba a morro.

– Luego está el “Qué niña más bonita”. Y cuando le respondes que es un niño: “Ay… Es que los niños tan guapos parecen niñas”. ¿Perdona? ¿No se te ocurrió una respuesta más absurda? Así que los niños… ¿o parecen niñas, o parecen Gremlins?…

– De repente a la gente le entra la obsesión por la perpetuación de la especie. Acabas de salir del hospital y…: “¿Y para cuándo la parejita? …”  Pues mira… para cuando me salga del coño. Pero vamos, que primero esperaré a que se me cierren los puntos. Gracias por su interés. 

– Y seguimos con la costumbre de dirigir el número de miembros en familias ajenas. Porque con el segundo hijo vienen y te dicen: “Bueno, ¿ya no tendrás más, no? Porque la parejita ya la tienes”. Claro… porque los hijos de toda la vida se tienen hasta que tienes uno de cada. Como cuando haces una colección de cromos. ¡Uy! Te falta la niña. Siga buscando. Menos mal que no hay que tener también de todas las razas porque ¡menudo trajín!

“Este niño llora de hambre”. Porque sí. Porque tú lo digas. Le ves en el bus por primera vez en tu vida y ya sabes la razón de sus lamentos. Ahora entiendo que el niño viniera sin libro de instrucciones. Es que se lo habían dado a esta persona. 

– Otra que me encanta, cuando se cae: “No le mires, que si le miras llora”. Que se haya raspado todas las rodillas no tiene nada que ver ¿verdad? A esta persona le operaba yo a corazón abierto sin anestesia, pero con un antifaz… para no hacer contacto visual y que no notara nada.

Pero sin duda la mejor y más surrealista de todas las frases que me han dicho en mi vida de madre fue cuando un día en el parque comenté que la criatura había empezado con las frutitas y una señora que estaba cerca pero no en la conversación, me preguntó: “¿Y qué tal te la come? “

Llamadme salida si queréis, pero a mí me sonó a intimidad conyugal. Os juro que me aguanté la risa de milagro y con la emoción contenida le contesté: “Muy bien, la verdad es que estoy muy contenta.” Aún no sé si le contesté a su pregunta o a la mía. Pero me gusta pensar que en medio de un parque una señora desconocida se preocupe por mi vida sexual. Sería la leche que esto se hiciera popular y que la gente lo mismo que se da los buenos días, se preguntara si le han comido bien el chumino ese día.

Marta Toledo