Guía para empezar en el BDSM

 

Aviso: cualquier duda que tengáis, consultadlo con un sexólogo, médico o profesional de la salud, yo no soy ninguna de las tres. Solo me gusta el mambo y vengo a contar mi experiencia por si puedo ayudaros a empezar.

 

El BDSM es un universo paralelo, lleno de látigos, látex y fustas. Hay gente de todo tipo en él, por eso me gusta, pero hay que tener mucho cuidado. Amarna Miller, escritora, presentadora, activista etc, hizo un vídeo que os recomiendo en youtube llamado “mi historia con el maltrato” que os dejo a continuación: 

YouTube video

En él habla de su relación con una pareja, y avisó de que este tipo repugnante sigue pululando ambientes BDSM en Madrid. ¿Qué quiere decir esto? Que tenemos que saber qué es el BDSM, cómo diferenciarlo del maltrato, y no realizar esta práctica con gente que no conozcamos bien. Al final, si eres tú la “dominada” estás generalmente en una posición muy vulnerable, porque es posible que estés atada, con restricción de partes de tu cuerpo etc.

Pero no te preocupes, no nos asustemos, el BDSM es maravilloso, y ahora te voy a explicar cómo hacerlo bien y cómo darte cuenta de esas red flags y no meternos en situaciones peligrosas:

 

Información. Primero, te comparto este artículo maravilloso sobre las diferencias entre BDSM y maltrato.

Seguridad:

 

Palabra y gesto de seguridad: Es muy importante establecer acuerdos de seguridad. Yo recomiendo tener una palabra y un movimiento de seguridad (por si tenéis la boca tapada), en mi caso es la palabra “naranja” y tocarle el tobillo. Debe ser una palabra fuera del ámbito sexual, que recordéis fácilmente y que, en cuanto se use, se pare todo automáticamente. Siempre, y digo siempre, debéis tener una de estas tres partes disponibles (sin atar o amordazar) piernas/brazos/boca. Si os atan de pies y manos, deberán dejaros la boca sin ataduras. Si, por el contrario, os mola tener la boca con una de esas bolas con cuerda que os impiden comunicaros bien, con sogas etc, o los brazos o las piernas deberán quedarse sin atar y sin restricción alguna. Así, os aseguráis de que no estáis vendidas si algo no os cuadra de la situación, que podéis defenderos y que se puede comunicar la palabra/gesto de seguridad sin problemas. Si la persona dominante quiere que sea todo a la vez, y que estéis atadas de manos, piernas y boca, mi consejo es que digáis que no, porque entonces, ¿cómo comunicáis si queréis que pare? Otro consejo chulo es tener en la mano un objeto que suene, como un juguete de perros, y si algo no os mola lo aplastáis, y el sonido indica parar. Si sois nuevas, os aconsejo solo ataros una parte del cuerpo, por ejemplo, manos, o restringir un solo sentido, por ejemplo, la vista. 

 

Confianza: Si sois nuevas en el mundillo de la fantasía sado también os recomiendo hacerlo solo con alguien que os de seguridad, que ya conozcáis y que sea buena gente. Y solo con esa persona. Si conocéis a alguien en Tinder y folláis una noche, no hay BDSM. Y ya está, no pasa nada. Mejor probar con gente cercana que arrepentirnos.

 

Cuerdas y restricciones: Si utilizáis cuerdas, es importante cómo de apretadas estén. Para empezar, dejarlas bastante sueltitas, sobre todo en la parte del pecho y las manos. No se ponen cuerdas en el cuello en ninguna circunstancia. En un caso extremo, si os sentís muy apretadas, pedid que os las corten con tijeras y a otra cosa mariposa.

 

Prácticas peligrosas: en el BDSM cualquier práctica puede resultar peligrosa si no se hace bien, pero hay algunas que son, de base, muy peligrosas. Yo chicas, de verdad, os recomiendo no hacerlas y punto. Que hay millones de cosas que no conllevan tanto riesgo y que son muy placenteras. Especial aviso a la asfixia, que hay mucha gente que disfruta haciéndola, y conlleva un riesgo muy serio. No dejéis que os aprieten por el cuello, os jugáis mucho. Tampoco practiquéis ahogamientos, quemar o ser quemadas, cortarse o cualquier práctica especialmente peligrosa.

Consenso: Toda práctica debe ser consensuada, si vuestro acompañante hace algo sin vuestro permiso previo, es abuso, y la práctica parará automáticamente. No se juega con esto, en el sexo y en la vida no haremos nada que no queramos. 

 

Probar: cada persona tiene sus fetiches y todos son respetables y válidos, siempre que no se trate de abuso. Puedes probar lo que te apetezca, pero si es la primera vez que lo haces, infórmate bien antes de realizar la práctica, fija tu palabra y gesto de seguridad (y JAMÁS accedas a hacer prácticas sin estas señales de aviso) y ve despacio. No intentes que tu primera sesión sea digna de Dorian Grey (que por cierto, es un abusador de manual), tú ve pillando qué te gusta y qué no.

 

Disfruta: el BDSM es un mundo que, si te gusta la caña, puede ser tu mejor aliado. Dentro de todo este mundo hay personas que a lo mejor solo disfrutan de atarse de vez en cuando, pues ya está, adelante. Otras prefieren vestirse de látex y darse latigazos, también los hay que gruñen como animales, los que se arañan, pellizcan y muerden salvajemente, los que se azotan el culo y lo flipan. Lo único importante aquí es disfrutar y estar seguras, si alguna de esas dos condiciones no se da no vas por el buen camino. Y recuerda, si nada de esto te convence y a tu pareja sexual sí, no tienes por qué hacerlo. Ni siquiera tienes por qué probar si no te convence.

Roles: en el BDSM los más comunes son dominante,dominado/a y switch. ¿Qué te gusta más, mandar y controlar tú la situación, que te dominen y te digan qué hacer, o te valen ambos? Encuentra qué te motiva y habla con tu pareja a ver si coincidís. Si los roles no funcionan juntos, porque ambos seáis dominantes, por ejemplo, siempre podéis volver a los encuentros no bdsm y practicar esto con otras personas, si vuestra relación lo permite. Yo, por ejemplo, me considero switch, aún que en la mayoría de los casos prefiero que me dominen. Chica, gasto menos energía jajajaj

 

Packs para empezar. En todas las tiendas eróticas y online venden packs muy chulos para empezar en el bdsm sin demasiada complejidad. Suelen incluir una fusta, una venda, alguna cuerda y amarres o esposas para brazos y pies. Es una forma sencilla de empezar, os dejo por aquí uno de platanomelón. También os recomiendo tener a mano lubricante y condones por supuesto, o barreras de látex. Más adelante ya podéis ir añadiendo otros objetos, os dejo ideas: pinzas para los pezones, esposas, juguetes sexuales (estar atada, y que te pongan un juguete en el clítoris es una fantasía), más metros de cuerda para hacer ataduras más complejas, agarres de manos y pies para enganchar por debajo de la cama y que estés totalmente abierta, plumas y aceite de masajes para despertar el sentido del tacto, lubricantes de sabores… No os introduzcáis objetos extraños por ningún agujero, a parte de que no están preparados para eso, pueden estar infectados, dejaros restos dentro y, en el peor de los casos, acabar en urgencias. Haceros con un buen pack de juguetes sexuales y evitad sustos.

 

Por último, os dejo un test rápido para saber qué tipo de fetiche te puede gustar más (tomadlo como algo general que os puede ayudar, pero no es determinante ni único, obviamente pueden gustaros 4 fetiches a la vez). Y desearos unos felices orgasmos con seguridad.

 

Te falta perreo