Que el romanticismo me perdone pero yo no soporto hacer el amor. Lo he intentado, lo juro, muchas veces, pero queridas llega una edad en la que ya no puedes quedar bien con los demás y decides quedar bien contigo misma y ser consecuente con lo que te gusta. Y a mi lo que me gusta es follar. Y hacer el amor me parece, follar con pocas ganas.
En general que me toquen me incomoda bastante, pero cuando tengo pareja y estoy enamorada, eso cambia un poco (tampoco para tirar cohetes). El amor me ablanda, y entonces no me molestan los besos, ni los abrazos, ni las caricias, mientras ves una peli, en el sofá, o las miradas de amor y todo eso que con solo escribirlo ya me dan ganas de potar, aunque lo hago, no soy extraterrestre. Pero siempre que sean fuera de la cama, a la hora del sexo NO.
Porque el sexo es un instinto animal, irracional y que satisface tus necesidades, y yo no he visto nunca a dos leones cogidos de la mano, y rugiéndose al oído antes de ponerse a cuatro patas a procrear, ¡venga va!
¿Qué humano se inventó que nosotros teníamos que hacerlo así? Porque es que me cae fatal. Sería un romántico de esos pesados (lo siento por los románticos, pero es que me crean agresividad).
Yo en el momento de ir al lío, y más si es con alguien que no es mi pareja, lo que quiero es pasión, desenfreno y satisfacer mis instintos. Y NO SOPORTO los besitos, las palabras bonitas, y que me digan lo guapa que soy (que chico si estás a punto de metérmela, supongo que no hay duda).
Para mi el sexo es como el Mcdonalds. Que voy cuando tengo hambre a guarrear, porque ni es sano ni nada, pero a mi me gusta el placer de comerme la hamburguesa, ¿Me la como con delicadeza? No. Me la zampo y me piro. Y no vuelvo a pensar en ella, ni sueño con ella por la noche, ni le envío un whatsap, de «Big Mac qué bien me lo has hecho pasar», ni me abrazo a su envoltorio por muy bien que siga oliendo (Y eso que ellas me han dado más placer que muchos hombres). Pues con el sexo igual.
Que una vez me acosté con un chico majísimo que ahora somos amigos (vimos en ese instante que no podíamos ser otra cosa) que era tan cariñoso y tan delicado que os juro que pensé que me estaba tirando a Mr. Wonderful. ¡Qué mal rato pasé!.
De hecho yo cuando la cosa se pone hot solo quiero que me empotren, y ya. Y cuanto más salvaje y menos ñoñerías oiga salir de la boca de mi empotrador, más me va a gustar el tema. Porque si no a mi se me corta totalmente el rollo, y por mucho que el chaval se lo curre, yo ya estoy desmotivada total.
Hombres románticos del mundo, perdonadme, y también los que os habéis topado conmigo y que no os he vuelto a llamar jamás, era por eso.
Existen unas normas no escritas pero claras de cómo se hace el amor:
- Desvestirse sin prisa y deleitándose el uno del cuerpo del otro. Yo chica tengo prisa en ver lo que hay debajo de la ropa, y es que me da ansiedad que no me arranquen la camisa en 10 segundos. Si es del Primark nene, me compro mañana otra, no hay motivos para ir con esa delicadeza.
- Mirarse a los ojos. Es algo que no lo entiendo, y cuando un tío me mira más de 10 segundos a los ojos mientra lo hago, yo ya pienso “¿Se me habrán torcido las extensiones de pestañas?” “¿Por qué coño me mira tanto, querrá estrangularme?”. Y a mí ya se me va la concentración y mira, ya quiero acabar con el tema.
- Decirse palabras bonitas. A ver, si conoces al tío de dos o tres citas, ¿Qué le vas a decir bonito?. «Me gustan tus pelotas», «Tu polla es rosa y es mi color preferido». ¡A mi es que no se me ocurre nada!
- Abrazarse al acabar. ¿Eso quién lo ha inventado? Que pereza por favor, con el sudor, que te quedas pegado y el olor a sexo… ¿Es necesario?
- El rato de estar juntos de rigor o incluso dormir juntos después. ¿Por qué?. Yo sinceramente lo único que quiero después de un buen polvo es darme la vuelta y que me dejen en paz (Existimos mujeres así, ¡Sorpresa!). Y si el polvo ha sido malo, pues con más razón. ¿Por qué tengo que abrazar a alguien que no quiero?, y menos aún dormir con ese señor. Si a mi me gusta dormir sola, y lo único que quiero es que el señor “hace amores” se largue lo antes posible.
Total que para mi lo de hacer el amor está sobrevalorado, a parte de ser un puñetero coñazo que me aburre, y como a mi pues a muchas mujeres.
Y ahora, cuando muchas acabéis de leer esto diréis: “Todo esto lo dice un tío y lo ponemos a caer de un burro”. Pues yo no, porque cuando mis amigas me dicen “Tía lo hicimos y no me ha llamado más” pienso: “Claro, le habrás hecho el amor y el chaval es de los míos”.
Porque yo tampoco he llamado nunca más al 90% de los hombres con los que he estado, y no se han muerto ni nada, o no sé, porque como no los he llamado más…. Nosotras tampoco nos vamos a morir si no nos llaman después del polvo, chica.
Que hay cosas más duras en la vida, como que un donut tenga 300 calorías, y vivimos con ello.
Pues nada, que a follar se ha dicho, y los abrazos y los besos para los cumpleaños y para navidad. O para los románticos, que gracias a Dios hay variedad. Si a todos nos gustara lo mismo, qué aburrido resultaría ¿No?
