Los cánones de belleza te dicen que tienes que ser alta, guapa, delgada, tener la piel tersa, el pelo suave, las uñas cuidadas… Es cierto que estos cánones nacen de un ideario colectivo que nos marca lo que implica ser de un determinado sexo, pero esas concepciones son sólo eso, estereotipos de género. No todas las mujeres son altas, ni delgadas, ni femeninas, y no por eso son menos mujeres.
Si atendemos a la biología, para ser mujer sólo tienes que nacer mujer, es decir, tener vagina… pero, caprichos de la naturaleza, algunas mujeres nacen con pene. Sí, como lo lees, no todas las mujeres tienen vagina.
Hay mujeres que nacen encerradas en un cuerpo con el que no se sienten identificadas y tienen que luchar toda la vida contra él, y no sólo contra él, si no contra una sociedad que les dice que si tienen pene, no son mujeres. Si la belleza es subjetiva, porque lo importante no es ser guapa, es sentirse guapa. Entonces mujer, tampoco se es, se siente.
¿Quién puede decirle a una persona que no pertenece al sexo que quiere pertenecer? Nadie. Porque si ella se siente así, simplemente lo es.
Si ya te ves castigada a diario por unos modelos utópicos imposibles de alcanzar, teniendo todos los atributos que hay que tener en su sitio, imagínate cómo sería tu día a día si te sobrara o faltase alguno. A toda la tiranía que sufres por tener que estar más delgada, tener que vestir a la moda, depilarte todos y cada uno de los pelos que aparecen donde no deben estar… súmale tener que lidiar con muchos más pelos, disimular la nuez, aclarar la voz, someterte a incontables operaciones, sólo para llegar a ser algo parecido al ideal que la sociedad quiere que alcances… Estresante y frustrante se quedan cortos.
Tú, que has tenido que soportar que te llamen gorda por la calle, que se metan con tus puntos negros, con tus arrugas, que te traten como el sexo débil… ¿Te imaginas con qué inseguridad andarías por la vida si tu cuerpo fuese al contrario que tu mente?
Pues, por suerte, hoy en día hay muchas mujeres caminando con orgullo y con la cabeza bien alta, y plantando cara a todos esos cánones que las esclavizan más que a las que tenemos la suerte de haber nacido con los genitales correctos.
Son mujeres que luchan a diario para demostrar su valía, más allá de lo que guarden en su ropa interior, que se levantan y se miran al espejo y se quieren, que desean algo y no se rinden, aunque esta sociedad les diga que lo suyo no entra dentro de su cuadriculada normalidad.
Y todas esas mujeres que caminan con paso firme están dejando una estela para que las que vengan detrás puedan tener las cosas más fáciles. Para que las niñas que nacieron con nombre de niño puedan elegir un nuevo nombre acorde con su identidad; para que puedan hormonarse antes de la pubertad y evitar así todos esos cambios que las diferenciarán de las que ellas sienten como iguales; y para que, cuando quieran trabajar, no se vean relegadas al mundo de la prostitución y no estén estigmatizadas a la hora de desempeñar cualquier otro empleo.
No son perturbadas, no son desviadas, ni pervertidas, ni raras… simplemente no tuvieron la suerte que tú tuviste al nacer y tienen que pelear un poco más para conseguir su sueño que, como el tuyo, también es sentirse guapas, sentirse libres, sentirse mujeres.
Autor: Ainhoa GF
En las fotos: la gran Laverne Cox
