Chicas, después de pensarmelo mucho, me lanzo a contaros una de mis anécdotas favoritas. Soy una chica de pueblo, pero vivo en la ciudad desde que empecé en la universidad, vuelvo por Navidad y una Noche Buena que se me lió la cosa me tiré al señor que hacia de San José en el Belén Viviente La Navidad que me tiré a San José y acabé de Virgen María:

Diciembre de 2019, pre-pandemia, normalidad, bajo a casa a pasar las fiestas con la familia. 24 de diciembre, me pongo un vestido rojo de Shein, precioso. Ceno con la familia, me peleo con mi tío, me regalan unos airpods, me tomo el primer cubata con la abuela, mis amigas me escriben: ‘¿salimos a tomar algo?’. Salimos a tomar algo. 

Vamos al pub del pueblo, digo EL pub porque solo hay uno. Lo veo. Leñador, monísimo, grande, robusto, con barba, como a mí me gustan. Me cae bien, resulta que iba a mi colegio, no lo había visto en mi vida, él dice que sí sabe quién soy yo, que hemos coincidido varias veces, me extraña mucho, él insiste, si te hubiera visto antes sabría quién eres, es que con barba cambio mucho, me da igual bésame bandido.

La Navidad que me tiré a San José y acabé de Virgen María

La conversación no fue esa exactamente, pero más o menos es lo que recuerdo, pido perdón por ir tan borracha. Nos empezamos a liar a fuego, nos falta discoteca, viene una amiga mía, me agarra y me arranca de sus brazos, vamos al baño y me dice ‘tía, sois unos cantosos, para estar así id a una casa, que os está mirando todo el mundo’. Tiene razón, se me olvida que no estoy en Madrid.

Lo cojo del brazo, salimos fuera, nos liamos en un portal y en otro y en otro. Me dice que a su casa no podemos ir que vive con sus padres, le digo que yo también vivo con los míos, mi mente audaz de borracha soluciona: vamos a mi garaje. Allá que vamos los dos, al almacén costroso donde mi padre guarda el coche, lo hacemos mal y rápido, nos quedamos dormidos y ¡FELIZ NAVIDAD!

Me desperté el día del nacimiento de Yisus en el coche de mi padre, con los pies congelados, al lado de un señor barbudo que no conocía y con las ventanillas del coche que parecían el Titanic, salvo porque yo no era Rose y mi acompañante poco tenía que ver con Di Caprio. Él roncaba, yo no sabía qué hacer, lo desperté. 

-Perdona, que ya es de día, igual te tienes que ir a casa, que seguro que tienes comida familiar.

-¿Qué día es?

-Veinticinco de diciembre.

-¡No me jodas! ¡Que soy San José!

-¿Qué San José? ¿Qué dices?

-En el Belén, que soy San José en el Belén.

-¡No me jodas! Pues ale, corre, corre.

-Dame tu número, ¿no?

-Sí, claro, apunta.

Nos dimos hasta un besito de despedida, qué mono era y es. Aún no he llegado a mi casa y me encuentro con un WhatsApp:

-Tía, soy yo, San José, no te lo vas a creer, pero… ¿puedes ser la Virgen María?

-¿Cómo?

-Sí, que me han llamado, que la chica se ha puesto mala y que necesitan a alguien .

-¡¿Pero cómo voy a hacer de Virgen María yo?! ¡Si no soy ni creyente!

-Ya ni yo, pero lo organiza mi madre, que es la hermana mayor (aún no sé qué es eso) y es por hacerle el favor.

-¿Me lo estás diciendo en serio?

-Te lo prometo, luego te invito a cenar y a una copa, prometido.

-¡Pero que no sé ni qué se tiene que decir!

-La virgen no habla, tú solo me sigues a donde yo vaya y pones cara de buena.

-¿Me lo estás diciendo en serio?

-Por favor te lo pido, que suficiente la he liado llegando tarde el día de Navidad a mi casa por tu culpa.

-¡Tendrás valor, encima!

-Venga vaaaa, porfa.

Y así queridas mías, fue como acabé siendo la Virgen María en el Belén de mi santo pueblo. Mis amigas y familia todavía me martirizan con las fotos de aquel día, de hecho la imagen del grupo de Whatsapp de mi colegas soy yo de Virgen con San José.

Han pasado tres años y seguimos hablando, no somos nada oficial, pero cada vez que bajo al pueblo nos vemos y nos echamos unas risas, el kiki de Noche Buena es tradición y como se ha independizado ya no lo hacemos tan cutre. A ver cómo se nos da este año <3 

Foto de Jeswin Thomas en Pexels

Anónimo