**Relato erótico**

Tengo un tío que vive en Estados Unidos desde hace más de treinta años, vienen muy pocas veces, esta vez hacía cinco años que no visitaban España.

Nos dieron una sorpresa el día de Nochebuena cuando al mediodía se presentaron en mi casa. No os podéis imaginar la sorpresa de mi padre al ver a su hermano.

Lo que sí os podéis es imaginar mi cara al ver a mi primo. La última vez que lo vi tenía 16 años, estaba lleno de granos y tenía el típico cuerpo desgarbado, con brazos y piernas demasiado largos para su torso.

Ahora tiene veintiuno y no tiene nada que ver con ese adolescente, tiene un cuerpo trabajado en el gimnasio capaz de hacer babear a la más recatada.

Cuando me saludó me dio tal abrazo que pensé que me iba a partir alguna costilla, incluso sentí alguna parte de su cuerpo que también se alegró de verme. Estaba claro que también le gustó mi cambio de la adolescencia a la juventud.

No le di más importancia, estuvimos hablando durante todo el día y ayudando con los preparativos para la cena. En uno de esos ratos que nos quedamos solos en la cocina me preguntó:

¿Prima tienes novio?– con ese español bañado por el acento tejano que me estaba volviendo loca.

-No, ligo poco primo- le dije en plan burlón

-Pues habrá que arreglarlo ¿No? ¿Salimos después de cenar? Nunca he salido por la noche en España.

-A ver si nos podemos escapar, ya sabes como son con las reuniones familiares.

La cena pasó rápido y cuando acabamos los postres mi primo dijo a los demás que íbamos a salir, mi hermana de 15 años se quiso apuntar pero mis padres no la dejaron así que fuimos los dos solos.

Fuimos a una discoteca y bebimos al estilo americano, cerveza y chupito de tequila al canto. Yo al tercero ya iba bastante contenta y empezaba a desinhibirme.

Empezamos a bailar, cada vez más pegados, esta vez sentí su excitación sin lugar a dudas.

-Si que estás contento de verme ¿no?- pregunté mirándole la zona del paquete 

-Si supieras que esto me pasa desde la última vez que vine- me susurró al oído pegándome más a él- la de veces que me habré tocado pensando en ti prima…

No sé si fue efecto de sus palabras o del alcohol que llevaba en el cuerpo que me lancé a besarle a lo que él no dudo ni un segundo en responderme pegándome más a él si era posible.

Empezó a tocarme el culo, y le propuse salir de la disco o nos acabarían echando por escándalo público.

Nos montamos en el coche, en cada semáforo o parada que hicimos me besó intensamente, y no se me ocurrió otra cosa que meternos en el garaje de mi casa, allí seguro no nos iban ver y tendríamos intimidad.

Nos pasamos al asiento trasero, entre magreo y besos. Él se sentó y yo me puse a horcajadas sobre él, interrumpió el beso con un tirón de pelo, que sentí directamente en mi bajo vientre. Con su lengua repasó mi cuello y me soltó para poder desabrocharme la blusa y bajarme las copas del sujetador.

Empezó a lamer mis pezones y a morderlos, yo ya podía sentir cómo me humedecía, me aparté y le saqué la camiseta por la cabeza. Le acaricié el torso bajando hasta el botón de sus vaqueros que no tardé en desabrochar, introduje mi mano por encima de sus bóxers y le acaricié su erección por encima de ellos.

Como si fuese una muñeca, me bajó de su regazo y me sentó a su lado, se quitó los pantalones y los bóxer en un solo movimiento y sacó un preservativo de la cartera y me lo dio.

-Pónmelo- ordenó

Yo sin poder hablar obedecí, y una vez lo tuvo puesto, me volvió a coger como si no pesara nada y me subió encima penetrándome suavemente. Enterré mis dedos en su pelo y lo atraje para besarle mientras comencé a moverme al ritmo me marcaban sus manos en mi cintura.

Cuando notó que estaba cerca del clímax, introdujo su mano entre nuestros dos cuerpos y comenzó a acariciarme el clítoris con movimientos circulares. No pude resistirlo más y me dejé ir entre gemidos. Él hizo lo mismo.

Cuando nuestras respiraciones se acompasaron, me sonrió y me dijo que había sido el mejor regalo de Navidad que jamás habría imaginado.

Cada uno se fue a su habitación, al día siguiente salían de viaje al pueblo de su madre y volverán para año nuevo.

Ya os imagináis, que solo puedo pensar en el comienzo del 2023 y en sus fuegos artificiales.

 

Toñi Delgado