Existen muchas formas de romper con alguien, algunas no son muy bonitas y otras suelen ser incluso exageradamente dolorosas, pero al menos se tiene la decencia de cortar diciendo algo lógico, algo que puede llegar a creerse alguien. En mi caso, no rompieron conmigo pero si me despidieron, y os aseguro que fue con la peor excusa para despedir a alguien: “no te vemos feliz”. Mis cojones.

 

A ver, partiendo de la base que jamás me habían despedido, supuse que si algún día lo hacían sería por algo que hice mal, que no trabajase bien o que no encajase en la empresa. La verdad, no soy una persona fácil de despedir, si me contratas me tomo en serio mi trabajo y supongo que habrás visto algo en mi para hacerlo. Pero en esta ocasión creo que había algo detrás de todo esto, y ese algo se llama “explotación e ilegalidad”.

Todo ocurrió cuando me contrataron para una nueva tienda de lencería del centro de Sevilla de una marca MUUUUUY FAMOSA donde seguro habréis comprado. Así que fui a hacer la entrevista y les gusté. La inauguración iba a ser un sábado, así que todos debíamos “apoyar al equipo” y trabajar antes de la apertura desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la noche desde el lunes anterior. Por supuesto, esas horas se pagaban pero, obviamente, no era legal.

 

Apenas teníamos media hora para comer pero pensabas “bueno, todo sea por el equipo”, o “bueno, es una increíble oportunidad y un contrato indefinido. Solo tienen que ver lo bien que trabajo para superar el mes de prueba y tendré un trabajo estable y cerca de casa”. Mis cojones. Después de tantos días montando el local, el stock y el merchandising como una loca, con todos los obreros haciendo también su trabajo, llegó la inauguración. Ese sábado vendí muchísimo (junto con los otros 30 dependientes que contrataron). Al finalizar, me fui a casa muerta, dolorida y pensando que no había estado nada cómoda teniendo en cuenta que era una tienda muy pequeña para tantísimos dependientes, pero bueno, pasé del tema.

Llegó el lunes y nada más entrar por la puerta mi jefa me llevó al almacén para hablar conmigo. No voy a entrar en detalles, pero me dieron la peor excusa para despedir a alguien: “no te vemos feliz”. “¿Perdona?” Les dije, y tras una cara de incredulidad y unas ganas de mandarla a la mierda, lo sopesé, respiré hondo y me cagué en sus muertos por dentro.

 

Al irme a casa conté por el grupo que habíamos creado los dependientes de la tienda lo que me había pasado y, al parecer, no fui la única. Ese día despidieron a 26 más, para quedarse con los 4 que realmente serían los dependientes oficiales de la tienda. Así que todos coincidimos en lo mismo: nos habían contratado con la excusa de que necesitarían a muchos dependientes porque era una marca muy famosa pero en realidad solo querían a mano de obra con los que contar para el montaje de la tienda y el día de la inauguración, pero luego, ¿qué iban a hacer con tanta gente? Pues claro, despedirla. Porque es mucho más lógico eso que contratar a staff que te ayuden en la inauguración y ya. Claaaaro.

 


Pero lo que más me fastidió es que podrían haber dicho “no has superado el periodo de prueba”, ya sabéis, lo típico, pero creo que en el fondo no lo dijeron porque LITERALMENTE NO TRABAJÉ. Simplemente monté la tienda y el día de la inauguración estuvo tan petada que no podían haberme visto trabajar bien, por lo que recurrieron a la primera gilipollez que se les vino por la cabeza y la peor excusa para despedir a alguien: “no te vemos feliz”.