Se acerca el verano y, por lo tanto, las vacaciones escolares. Un verano que se hace muy corto para los niños, pero demasiado largo para los papás. Sobre todo, para los padres que tienen que trabajar y buscarse la vida para que los niños estén atendidos.

Muchos tiran de abuelos, en otros casos, uno de los progenitores pide una excedencia los meses de verano, y el resto llevamos a los niños a las colonias de verano.

El año pasado yo llevé a mi hijo el mes de julio al campamento urbano que hacían en su colegio. Se lo pasan en grande: juegan en el patio, hacen batallas de agua y una vez a la semana se los llevan a la piscina municipal. Además, el precio suele ser bastante asequible puesto que lo subvenciona el Ayuntamiento de mi ciudad.

Pues este año, antojos del destino, me he quedado sin trabajo hace unas semanas. No sé que será de mi vida, si tardaré mucho tiempo en encontrar trabajo o estaré poco tiempo parada. El caso es que tengo paro, así que, si este verano me quedo en casa sin trabajar, no será una tragedia. Podré encargarme de mis hijos y disfrutar de más tiempo libre.

La realidad es que tengo muchas papeletas de estar sin trabajar este verano, pero mi intención es llevar igualmente a mi hijo mayor a las colonias de verano, aunque yo esté en casa. ¿Por qué? La principal razón es que tengo que contar con la posibilidad de que me salga un trabajo antes de que llegue el verano, y necesito tener a mi hijo cubierto por si eso pasara.

Pero también lo hago por mi hijo, porque se lo pasa genial en las colonias, juega y se distrae con otros niños. Encima no es un precio desorbitado lo que se paga y me lo puedo permitir. Además, el verano es muy largo, no tenemos pueblo, ni casa en la playa, ni piscina en la urbanización, así que, si el mes de julio está entretenido y se lo llevan a la piscina de vez en cuando, eso que gana mi hijo.

Bueno pues, como ya os podéis imaginar, cuando cuento mi situación personal, siempre está el típico enteradillo o la típica entrometida que me suelta: “Este año como no trabajas no llevarás al niño a las colonias, ¿no?”. Y cuando dices que sí, que por supuesto mi hijo va a ir este año también, ya te echan la mirada inquisidora y puedes ver como en su mente aparece el término que piensan y no quieren decir….

“¡MALAMADREEEEEEEEEEEE!”

Cuando eres madre, te juzgan por todo. Aunque estés tomando decisiones que crees que son buenas para tu hijo. Se creen que lo único que quieres es quitarte al niño de encima unas horas al día. Y no. Lo que quiero es que mi hijo pase el mejor verano posible.

Yo cuando era pequeña me pasaba medio verano en el pueblo con mis abuelos, y mi madre en esa época no trabajaba. Pero la finalidad era que mis abuelos disfrutaran de nosotros (siempre nos juntábamos allí varios primos) y que pasáramos un buen verano.

Pues ahora parece ser que, si llevas a tus hijos con los abuelos o a los campamentos de verano, eres una madre horrible por no quedarte en casita encerrada con ellos.

Supongo que cada caso es distinto, que si mi hijo lo pasara mal yendo a las colonias, porque fuera un niño muy tímido que le costara relacionarse con otros niños, o por la razón que fuera, pues seguramente no lo llevaría. El bienestar de mi hijo para mí es muy importante. Pero da la casualidad de que mi hijo es un niño bastante abierto, muy activo y que se adapta bien a todo, así que para él ir al colegio en verano es un premio.

La maternidad de ahora ya viene con suficientes desafíos como para tener que preocuparse por el juicio de los demás. Si, voy a llevar a mi hijo a las colonias de verano. Y sí, para quedarme yo en casa sin “hacer nada”. ¿Algún problema?