Atravesar una ruptura es lo más normal del mundo. A todos nos pasa y aunque no lo creas, se pasa. El dolor que sientes se acaba difuminando en el olvido y aquellos momentos que te parecían irremplazables siguen siéndolo, pero aprendes a recordarlos con una sonrisa en vez de mil lágrimas. Yo estoy en proceso de duelo todavía, para que nos vamos a mentir.

Durante toda esta vorágine de emociones, tristeza y helado de Kinder del Mercadona (DIOS, qué bueno está), hay algo que no puede faltar: el apoyo de nuestra familia y amigos. Estar rodeado de gente durante una ruptura es necesario, ya os aviso. El problema es que a veces las personas somos un poquito ineptas emocionalmente hablando y soltamos frases que son lo peor de lo peor porque ni ayudan ni aportan nada, y lo peor es que te hacen sentir culpable o incluso dudar. He aquí mis favoritas:

  • ¿Hay terceras personas? A ver si él está con otra.
  • Tú lo que tienes que hacer es enrollarte con cualquiera ahora.
  • Bueno, ahora mejor que no te enrolles con nadie en un tiempo.
  • ¿Os vais a devolver los regalos?
  • ¿No le pasarías fotos desnuda? Espero que no, que luego eso se filtra.
  • La verdad es que era una persona increíble, qué pena…
  • Y si cambia, ¿tampoco volverías?
  • Bueno, podéis daros un tiempo.
  • El lado bueno es que todavía no teníais hijos.
  • Todo pasa por algo. Ahora conocerás al amor de tu vida.
  • Así ahora puedes hacer más deporte. (Esta es mi favorita porque te están diciendo sutilmente que has engordado).

  • Te mereces algo mejor. Era un hijo de puta.
  • Pues no vas a encontrar a alguien como él, eso tenlo claro.
  • Uy, no habrá sido por ese amiguito tuyo con el que te veo siempre.
  • Es que ahora las relaciones no duran nada. Antes arreglábamos las cosas, ahora renunciáis a la menor.
  • Pues se os veía muy felices. ¿Fingíais?
  • Pero, ¿discutíais mucho? ¿El sexo era malo? ¿Qué fue lo que pasó?
  • Ahora puedes hacer vida normal.
  • ¿Y qué vais a hacer con los amigos en común?
  • Pero, ¿es definitivo? Igual cambias de opinión.

Lo siento, familia y amigos, pero no quiero pensar en rehacer mi vida, no quiero pensar en follar mañana, no quiero cerrarme las puertas a conocer a un ligue de fiesta, no quiero daros explicaciones de nuestras movidas internas, no quiero explicaros que ya nos habíamos dado ocho mil oportunidades. No quiero andar dándole vueltas a algo a lo que llevo dándole vueltas meses. ¿Sabéis qué es lo mejor que podríais hacer por mí? Invitarme a una cerveza.