La gente muchas veces es muy básica.

¿No te ha pasado nunca que te comparan con una persona que puede tener un cuerpo similar al tuyo, pero luego te pareces como un huevo a una castaña?

Lo curioso de este post es que voy a enumerar un listado de mujeres preciosas y con grandes virtudes, pero por desgracia solo vienen a la memoria de algunos por el simple motivo de que sus caderas se pueden llegar a asemejar con las tuyas.

Otro detalle gracioso es que muchas de ellas ya no tienen sobrepeso. Todas han mejorado como el vino con los años, pero aun así las siguen incluyendo en el saco de las curvy.

Para empezar con este listado, recuerda poner siempre delante el “Nena, ¿te han dicho alguna vez que te pareces a…….”

Rosa de España. ¡Se ve que hasta que no llegó ella, no había gordas guapas! Solo por el simple hecho de estar entrada en carnes, llevar gafas y a veces recogerte el pelo con una cola, ya eras clavadita, clavadita. Dime tú a mí que no podía ser porque era graciosa o porque cantase bien, no, era por el físico. Lo curioso en mi caso es que me lo decían a mí y a otra compañera del cole que era rubia…

Penélope Featherington. Es “la gorda de los Bridgerton”, pero este pedazo de personaje femenino tiene nombre. Inocente y pícara al mismo tiempo. Observadora y audaz. No cabe duda de que esta comparación viene de la mano de las nuevas generaciones y los parecidos razonables residen en una piel blanca, pelo largo y compostura.

Mari Carmen de “El súper”. Esta comparación es muy vintage, solo la hacen señoras con una gran cultura televisiva que se vieron en su día esta serie de cabo a rabo. Este personaje era interpretado por la maravillosa Teté Delgado, la mujer de la sonrisa perpetua.

Marina de Gran Hermano I. Esto también es muy de los 2000. Solo por tener la cara rellenita y el pelo rizado, ya te parecías a ella. ¿Para qué más? Fue un icono durante los primeros años de esta nueva época, pero mucha gente la recuerda porque luego se puso más pibonazo todavía.

 

Adele. ¡Estamos en las mismas! Cuando demuestras dotes cantando, solo te puedes parecer a una cantante gorda. Sí que es cierto que, si al oírte cantar te dicen que te pareces a ella, siéntete una diva porque te lo mereces. Lo más gracioso de todo es que Adele no tiene nada que ver a aquella chica tímida que comenzó a mostrar la filarmónica que tenía en su garganta, pero para mucho solo fue una talla grande que cantaba bien. ¡Muy triste!

Sookie St. James Melville. Igual el nombre tan formal del personaje que encarnó Melissa McCarthy en las chicas Gilmore no te suena, pero la dulce Sookie es el reflejo de diversión, apasionada en el trabajo y gran compañera de batallas. Si por cualquier casual a alguien le pareces clavadita a esta mujer, siéntete orgullosa de tu esfuerzo.