Esta necesaria reflexión no surgió de la nada. Yo tengo una costumbre cada vez que veo un capítulo de Juego de Tronos y es meterme en Twitter para leer opiniones. Tranquis, no os voy a contar ningún spoiler.

Entre todos los tweets hubo uno que me llamó la atención (y no precisamente para bien). No lo voy a copiar y pegar aquí porque igual no habéis visto el último capítulo, pero os haré una transcripción del tweet en cuestión libre de spoilers (y si queréis leer el original podéis pinchar aquí).

Básicamente era una chica muy enfadada porque Brienne mostrase sus sentimientos. Al parecer la muchacha está preocupada porque queda muy poquito para que acabe la serie y no quiere quedarse con una mala imagen de Brienne.

Sí, yo también flipé cuando lo leí. ¿Mala imagen? Pues al parecer que una mujer con un rol empoderado tenga emociones es algo negativo para esta twittera.

Dejando atrás el personaje de Brienne y Juego de Tronos yo empecé a reflexionar sobre esa asociación tan rancia de “personaje femenino fuerte = tía mega fría sin sentimientos que reparte hostias como panes”. Sorpresa, las mujeres empoderadas también lloran, también sufren, también sienten miedo.

No necesitamos ser témpanos de hielo para poder considerarnos fuertes, porque la verdadera fortaleza radica en saber gestionar nuestras emociones, y las emociones no se gestionan escondiéndolas.

Yo lloro cuando veo vídeos de gatitos en Internet. Sin ir más lejos el otro día vi a una pareja de ancianos de 90 tacos comiéndose un cucurucho de helado y la imagen me pareció tan tierna que se me escaparon las lágrimas. También lloro cuando discuto con alguien. Me pongo muy nerviosa y se me escapan las lágrimas. Eso no quita que sea jodidamente fuerte, ¿sabéis?

Y volviendo al mundo cinematográfico y al seriéfilo, cuando las mujeres pedimos personajes empoderados lo que queremos es un amplio abanico de mujeres en el cine. Yo no quiero que el prototipo de mujer empoderada sea una mujer seria. Yo quiero que haya de todo: protagonistas serias, lloricas, vacilonas, flipadas, enamoradizas, pasotas del amor, que quieren ser madres, que odian a los niños, etc. Pero que todas ellas sean representadas como un ejemplo de persona fuerte, independientemente de su forma de expresar las emociones. ¿Es esto mucho pedir?