Sabéis que en weLoversize ya estamos casi casi acostumbradas a ramalazos diarios de gordofobia en las redes sociales. No hay un solo día en el que no recibamos insultos o agresiones por parte de gente que nutre su triste ego ofendiendo a los demás. Y aunque mucha gente nos dice que miremos para otro lado, que no les demos bola, que les ignoremos, lo cierto es que el acoso no cesará si no se denuncia. Y es lo que vamos a seguir haciendo en situaciones como la que hoy os contamos.

La última en sufrir la gordofobia en sus propias carnes ha sido la genial Anabel Alonso. Aquí tenéis la perla en cuestión.

 

Cuando lo vi pensé ‘ya está otro troll intentando hacerse el gracioso’, pero me quedé a cuadros al comprobar que la autora de semejante comentario vomitivo era una persona a la cual en su día tuvimos que bloquear por acoso en WeLoversize. Una chica claramente obsesionada con el sobrepeso de los demás (ya sabemos que estas obsesiones y agresiones suelen decir bastante más del emisor que del receptor…) que se ofendió con el post de María Escobedo sobre la biker amarilla de Zara y que trató por todos los medios de ridiculizar tanto a nuestra compañera como a todas las personas que intentaban mediar en el asunto.

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Podemos llegar a entender que alguien haga un chiste de gordos en un momento dado, somos las primeras que los contamos cuando nos apetece reírnos de nosotras mismas. Pero personas como esta chica, con una fijación enfermiza por humillar a la gente con sobrepeso, no se dan cuenta de que en realidad nos están enseñando sus propios demonios en un intento desesperado de que el foco de atención se centre en otro lado que no sean sus propios complejos.

Que sí, que suena muy paternalista y de primero de psicología, pero tras más de 3 años trabajando con un proyecto como WeLoversize, os aseguramos que detrás del 90% de ese tipo de trolls/acosadores, hay gente con muchos problemas (aunque jamás lo reconocerán), y que necesitan bastante más ayuda que los gordos con los que se meten.

En fin, que genial la respuesta inicial de Anabel, por supuesto, y no tan genial que tenga que justificarse así:

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Porque no tendría por qué dar a conocer su talla para calmar a los trolls. Porque una talla 40 no es ni mucho menos de gorda, y aunque lo fuera, tampoco sería motivo de humillación.

¡BASTA YA!