Yo es que no sé qué nos pasa, pero es que me llevan los demonios. El otro día, en otra de mis infructuosas búsquedas en LinkedIn, me encontré de paso una publicación que decía, en resumen: 

“Me han avisado de la oficina para que me presentara allí a una reunión en la que probablemente un señor con americana mal tallada se pasará tres horas y media farfullando sin decir nada realmente, aunque saben que estoy de vacaciones y haciéndome cargo de mis hijos que también están de vacaciones, o sea, que yo de vacaciones no estoy y he amenazado con llevarlos a ellos a la reunión y me han dicho que pos vale porque total, para lo que hay que ver, que vengan. Y aquí los tengo, trepando por la mesa de juntas tirándole la grapadora al director general de la compañía que ya me ha puesto cara de finiquito inminente. Qué guay es mi empresa, qué libertad me da para maternar.”

En realidad no ponía eso, estaba escrito de esa forma que solo puede escribir una persona cuyo título en LinkedIn es “Te enseño a vender con textos de mierda como este que lo único que hacen es no salir completos en Link…”. 

Vamos a ver, que te animen a llevar a tus hijos a la oficina no es conciliar. Que te hagan ir en medio de tus vacaciones no es conciliar. Que te hagan ir sabiendo que eres la persona que se está encargando de los niños no es conciliar. 

Pero, sobre todo y sé que me repito, que te animen a llevar a tus niños a la oficina no es conciliar. Una oficina no es lugar para un niño. Bueno, para el sobrino de tu jefe que se está preparando para heredar la empresa a lo mejor sí, pero es que él está estudiando, perdón, matriculado en no sé qué carrera. 

Los niños, lo creáis o no, son niños. No necesitan estar en entornos de trabajo, sobre todo en entornos de trabajo donde hay gente trabajando. Los niños suelen ser divertidos y ruidosos, que es lo que deben ser, normalizar el llevarlos a la oficina me parece muy peligroso. 

Es que ya nos han vendido que la mamá tiene que sacrificarse al 200% por sus hijos, adaptar su horario de trabajo al de los peques, aunque a veces, para ello, haya que apuntarlos a 253 extraescolares y ella se tenga que reducir el sueldo en un 70% y dejar de optar a ascensos laborales. Y cuando sale del trabajo tiene que tener la casa recogida, la comida o cena listas, bañar a los niños, ayudarles a hacer los deberes, hacer un disfraz de Monasterio del Escorial o similares y no quejarse absolutamente de nada. ¡¡Y todo ello sin darse al alcohol!! Venga, hombre. 

Pero es que, además, el jefe que te plantea eso, te lo plantea como que te está haciendo un favor a ti. Jajajajaja. Que no, cari, que la que te está salvando el culo es la trabajadora que sacrifica su descanso por venir a salvar tu empresa, ya está bien, hombre. Si eres autónoma ya sabes que no es que te tengas que llevar a los niños al trabajo, es que el trabajo vive pegado a ti y sois un mismo ser sin separación alguna. Pero si trabajas por cuenta ajena y te piden que vayas de forma urgente a la oficina y que, si hace falta, te lleves a tus hijos si no tienes dónde dejarlos, párate un segundo y pregúntate: ¿está en juego la vida de alguien? ¿Eres la única persona que existe en este país capaz de realizar esa cirugía de urgencia? Y si aun así quieres ir, pues ve, pero no engañes a nadie con que esto es una mejora laboral, y mucho menos a ti misma.

 

Anónimo

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