El otro día, mientras estábamos acurrucados en el sofá, me preguntaste qué quería estas navidades como regalo. Y lo cierto es que es el primer año en que no se me han venido mil cosas a la cabeza. Quizás por el año tan atípico que hemos vivido y que ahora mismo existen otras prioridades. O quizás porque en general, este año ha sido tan desmotivador que he perdido parte de ilusión por estas fechas. Por eso, después de darle muchas vueltas, he llegado a la conclusión de que lo mejor que me puedes regalar estas navidades, es seguridad.

La seguridad que tengo al saber que cuando vuelvo a casa, siempre estás ahí. Esperándome con ese abrazo sincero en el que me siento tranquila y protegida.

La seguridad de que no vas a cortar mis alas. Por mucho que yo quiera alzar el vuelo para tocar el sol o conocer nuevos destinos.

La seguridad de que me acompañarás en todas y cada una de mis aventuras. Desde las más locas y disparatadas, hasta las que dan vértigo sólo al plantearlas si quiera.

La seguridad de que confías plenamente en lo que siento por ti. Quizás no sea todo lo afectiva que te gustaría, pero ten claro que, si sigo aquí, es porque lo que siento por ti es sincero.

La seguridad de la complicidad que tenemos. Esa que nos ha costado tanto tiempo construir y que luchamos tanto por seguir manteniendo.

La seguridad de saber que tus sentimientos son sinceros. Aunque en ocasiones me abrumen y me cueste lidiar con ellos. Prometo hacerlo cada día un poco mejor.

La seguridad de poder ser totalmente sincera contigo. Aunque en ocasiones no te gusten mis baños de realidad o mi visión tan racional de este loco mundo.

La seguridad de que nunca frenarás mis sueños. Si no que me impulsarás a cumplirlos. Incluso cuando esté tan aterrada que no sea capaz de dar el primer paso.

La seguridad de sentirme 100% YO cuando estoy a tu lado. Aunque eso signifique lidiar con sentimientos y emociones que ni yo soy capaz de controlar.

La seguridad de que me ayudarás a compartir cualquier carga. Por muy pequeña e insignificante que sea. Siempre sé que puedo contar contigo.

La seguridad de saber que vas a seguir ayudándome a superar mis inseguridades. Esas que hacen que, en ocasiones, sólo tenga ganas de esconderme del mundo. Gracias por conseguir que me vea como tú realmente me ves.

Pero, sobre todo, la seguridad de que seguirás luchando a mi lado. Todas y cada una de las batallas que se nos presenten. Aunque no las ganemos todas, estoy segura de que lo conseguiremos.

Así que sí, he decidido que lo mejor que puedes regalarme estas navidades, es seguridad. Toda la que quizás he perdido en algún momento durante este año de locos, pero que tan necesaria e imprescindible se me hace en estos momentos en los que la incertidumbre y la inseguridad, acechan en cada esquina.